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Capítulos de Camino
Carácter

 

Carácter

La construcción de este primer cap supone una «recepción» pacífica del cap correspondiente de Cec, cuyas consideraciones son incorporadas en masa y por el mismo orden, con sólo tres adiciones de Burgos dentro de la secuencia: los p/12, 26 y 27. Incorporados éstos, la secuencia termina en el p/29 y el Autor duplica el contenido del cap con otros veintiséis nuevos puntos que transcribe a continuación.

Sin embargo, el cap primero de C es uno de los de más compleja composición en la historia redaccional del libro. La intencionalidad configurativa se mantiene, ciertamente, desde el primer esbozo: las tres primeras consideraciones de Cem32 seguirán siendo las primeras (p/1, 2 y 3) tanto en Cec como C. De ahí que tengan, cada una de ellas en su orden, un fuerte significado para la comprensión del sentido del cap y de alguna manera de todo el libro. Hemos de agregar que es en el tránsito de Cem32 a Cec donde se consolida aquella intencionalidad y nuestro cap adquiere su actual fisonomía. Baste pensar que de las treinta primeras consideraciones de Cem32 –que en un primer análisis constituirían como su cap inicial –, sólo cuatro (los futuros p/4, 14, 17 y 28 de C), aparte de esos tres primeros ya nombrados, sirvieron a su Autor para confeccionar el cap primero de Cec. El resto sufrió una fuerte dispersión por todo el impreso de Cuenca, en los lugares del libro que parecían más adecuados.

El Autor, como he dicho, construye el cap «Carácter» de Cec con 27 unidades: las siete ya citadas, que estaban en el cap de Cem32; otras cinco del mismo fascículo, que encuentran ahora su nueva posición; otras cinco que vienen de diversos lugares de Cem33 y, finalmente, diez consideraciones tomadas ex novo de los Cuadernos de Apínt.

El título del cap, que permanece en el tránsito de Cec a C, no puede llamar a engaño. No se trata de un cap «humano» –sobre «la formación del carácter» o «las virtudes humanas»– que sería previo, o propedéutico, respecto de los de contenido «sobrenatural», que vendrían después. Escrivá, desde el primer momento, está hablando en clave cristológica y cristiana, mira al hombre y al mundo en el interior del movimiento de la gracia, y presupone en su interlocutor la confesión cristiana de fe y un conocimiento práctico de la piedad católica. El p/1 e, inseparable de él, el p/2, son la más sencilla y evidente confirmación de lo que decimos. Pero, junto a esto, hay que afirmar a continuación que el Beato Josemaría plantea al lector –que en el contexto histórico del libro sería un universitario católico de su entorno–; le plantea, digo, desde Cristo, un horizonte «universal, católico», en el que el cultivo de las dimensiones humanas de la personalidad aparecen como exigencia de la fe y como coherencia cristiana. No hay en el libro yuxtaposición, sino plena integración –sin confusión– de lo divino y lo humano, de lo cristiano y lo secular: se pasa de Cristo al hombre y al mundo de la manera más natural y sencilla. Éste es, a mi parecer, el marco del cap inicial.


1 Que tu vida no sea una vida estéril. —Sé útil. —Deja poso. —Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor.
Borra, con tu vida de apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los sembradores impuros del odio. —Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo que llevas en el corazón.

Como se ha dicho en la Introd, el p/1 de C ocupa ese lugar desde los primeros esbozos del libro (Cem32 y Cec). El punto es transcripción casi literal de un texto del Cuaderno V :
«Niño: que tu vida no sea una vida estéril. Sé útil. Deja poso. Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu Amor. Borra, con tu vida de Apóstol, la señal viscosa y sucia que dejaron los caracoles impuros y llenos de odio. Y enciende todos los caminos de la tierra con el fuego de Cristo, que llevas en el corazón».

La palabra que introduce el texto en Apínt –«Niño»–, que no pasará al texto impreso, muestra el carácter autobiográfico y contemplativo del pasaje, que se sitúa en el clima espiritual de «vida de infancia», tan marcado en los Cuadernos de 1931 y 1932. Es ante todo su propia vida la que Escrivá desea que responda a estas coordenadas. Contempla, en un «crescendo» antropológico y cristológico, el sentido de su vida y de toda vida cristiana y, más específicamente, el sentido cristiano del tiempo, del tiempo personal, del tiempo «disponible», sólo inteligible para el Autor en la perspectiva de la misión, de lo que él llamará el «mandato imperativo de Cristo» (vid p/942). Desde el principio del libro se anuncian sus grandes temas: la Fe, el Amor, el corazón, los caminos de la tierra, el apostolado, servir, el fuego de Cristo... Este punto primero –y sus formulaciones– ha pasado a ser emblemático del estilo espiritual del libro e incluso del mensaje que su Autor extendió por el mundo, como se refleja en la oración pública oficial al Beato Josemaría, donde se pide a Dios que sepa –el que ora– «convertir todos los momentos y circunstancias de mi vida en ocasión de amarte […], iluminando los caminos de la tierra con la luminaria de la fe y del amor». El «fuego de Cristo» con el que culmina este punto hay que ponerlo en relación con el texto de Lc 12, 49 citado en p/801. Vid com.

La crítica textual ofrece una información de singular interés redaccional: «los sembradores impuros del odio» de que habla el texto aparecen en Cem32 y por supuesto en el original del Cuaderno, con la sorprendente fórmula «los caracoles impuros y llenos de odio». En el ejemplar de Cem32 que mostró al P. Sánchez Ruiz en julio de 1933 ya aparece –en corrección autógrafa– el cambio, que pasará a la edición de Cuenca y al texto definitivo .


2. Ojalá fuera tal tu compostura y tu conversacion que todos pudieran decir al verte o al oírte hablar: éste lee la vida de Jesucristo.


El p/2, escrito un mes antes que el p/1º, procede también del Cuaderno V . He aquí el texto:
«Ayer por la mañana, en la calle de Santa Engracia, cuando iba yo a casa de Romeo , leyendo el cap. segundo de San Lucas, que era el que me correspondía leer, encontré a un grupo de obreros. Aunque yo iba bastante metido en mi lectura, oí que se decían en voz alta algo, sin duda preguntando qué leería el cura. Y uno de aquellos hombres contestó también en voz alta: 'la vida de Jesucristo'. Como mis evangelios están en un libro pequeño, que llevo siempre en el bolsillo, y las cubiertas forradas con tela, no pudo aquel obrero acertar en su respuesta, más que por casualidad, por providencia. Y pensé y pienso que ojalá fuera tal mi compostura y mi conversación que todos pudieran decir al verme o al oírme hablar: éste lee la vida de Jesucristo».
El «ojalá» aparece en el Cuaderno como lo que fue: un toque del Espíritu Santo en el alma del Beato Josemaría en orden a la propia vida. Al redactar C, oculta la peripecia personal y traslada la requisitoria divina a todos los lectores.

Los p/1 y 2 forman una estrecha unidad. Ahora este p/2 proclama que la misión y la tarea apostólica antes descritas han de ser ante todo transparencia del Evangelio, presencia de Cristo que los demás «reconocen» en el cristiano. Habría que poner en relación esta experiencia con la doctrina del Autor, incoada ya en C (vid p/687 y p/947) y desarrollada posteriormente, sobre el cristiano –no sólo el sacerdote (vid p/66 y com/67)– «alter Christus», «ipse Christus»: el cristiano tendría que ser, como reza el título de uno de sus libros, «Cristo que pasa».


3  Gravedad. —Deja esos meneos y carantoñas de mujerzuela o de chiquillo. —Que tu porte exterior sea reflejo de la paz y el orden de tu espíritu.


El texto, tal cual, procede del Cuaderno VI y es un año posterior a los dos puntos precedentes. Tenor literal idéntico .

Al preparar Cem32 le asignó el lugar que hoy ocupa en el libro: p/3. El «salto» desde la meditación cristológica de los dos puntos anteriores al consejo, a la «reprensión» más inmediata y práctica, es característico del estilo de C. El tema sigue siendo el del p/2: Cristo en el cristiano, ahora bajo la forma de «la paz y el orden de tu espíritu», que han de «transparentarse»: es otra forma de referirse al «gaudium cum pace», del que hablará abundantemente. En efecto, no mucho antes –pero ese mismo año– había escrito esta reflexión, que guarda relación estrecha tanto con p/2 como con este p/3:

«Con la gravedad –y como natural consecuencia– me dará Dios nuestro Señor una paz interior inalterable y la compostura exterior propia de quien ha de ser –de quien es– otro Cristo. Todo ello ungido con la luminosa y mansa alegría del alma que ama la Voluntad justísima de Dios» .
Es algo inmanente a los seguidores de Cristo, que Clemente de Alejandría expresaba en esta sentencia: «La quietud, el sosiego, la serenidad y la paz son connaturales al cristiano» .
Más sobre el aspecto autobiográfico del tema «gravedad», en p/72 y com.


4  No digas: «Es mi genio así..., son cosas de mi carácter». Son cosas de tu falta de carácter: Sé varón —«esto vir»1.


El texto procede, como toda esta serie, de Apínt y es anterior, en unos días, al p/3. Se encuentra en Cuaderno VI, nº 874, 24-XI-1932, «día de San Juan de la Cruz», como anota el propio Autor . Como la casi totalidad del cap «Carácter», tiene este punto su clave hermenéutica –a mi parecer– en los p/1 y 2; clave que ya hemos visto aplicada en el p/3 y que señala la base y el sentido de esa exigente «reforma» de hábitos y costumbres que Escrivá propone a los lectores: todo el cap es un conjunto de fuertes y concretas «sacudidas» al hombre de carne y hueso con el que dialoga, para que sea coherente, también en lo humano, con su fe. La anotación del Cuaderno dice así:
«No digas: 'es mi genio así..., son cosas de mi carácter'. Son cosas de tu falta de carácter: sé varón –esto vir–, aunque hayas nacido mujer».

El final del pasaje –una manera teresiana de explicar el texto – pasó tal cual al velógrafo, pero, como se ve, Escrivá prescindió de él ya en Cec, y por supuesto en la edición definitiva. El texto bíblico con el que apoyaba la exigencia de reforma personal es la palabra de David a su hijo Salomón: «ten valor y sé hombre», que parecía exigir ese paradójico complemento –«aunque hayas nacido mujer»–, para no limitar la universalidad de la exigencia propuesta en el punto. El Autor, al pasar al texto impreso, decidió eliminar la paradoja, esperando, sin duda, que las lectoras leyeran el pasaje bíblico con sentido de la analogía, ya que el «esto vir», como el «viriliter age, agite» , son expresiones bíblicas portadoras de un mensaje universal, que trasciende a la distinción varón-mujer .

Interesante, con todo, ese complemento paradójico, no recibido en el texto impreso, porque pone de relieve que Josemaría Escrivá se dirige desde el principio tanto a hombres como a mujeres, y a todos predica las mismas virtudes humanas y cristianas y el mismo ideal de vida en Cristo, aunque por su lenguaje –muy pegado al texto bíblico y a la experiencia pastoral y dialógica que se refleja en el libro–, emplee con frecuencia términos masculinos. En este sentido, el Autor podía hacer suyas las palabras de Clemente de Alejandría en El Pedagogo:

«La virtud es la misma para el varón y para la mujer. Porque si uno mismo es el Dios de ambos, uno es también para ambos el Pedagogo. Sólo hay una Iglesia, una misma modestia, un mismo pudor; es común el alimento y hay un solo vínculo matrimonial; la respiración, la vista, el conocimiento, la esperanza, la obediencia y el amor: todo es igual. Los que tienen en común la vida, tienen también en común la gracia, la salvación y, en común también, la virtud y la educación […] El término ‘hombre’ es común al varón y a la mujer» .

Vid sobre el tema com/19 y referencias allí señaladas.


5  Acostúmbrate a decir que no.


Texto procedente del Cuaderno V, nº 520, fechado en 28-XII-1931 , dos días antes de la experiencia que da origen al p/2. Dice así:
«Niño amigo: acostúmbrate a decir que no».

La expresión íntima y confidencial «niño amigo», aquí como en tantas otras ocasiones, no pasa a Cem ni al texto impreso. Además, en el ejemplar de Cem32 que entregó al P. Sánchez hizo al margen una adición, que dice:
«Es más sencillo decir que sí: a la ambición, a los sentidos...».

Esa adición tampoco pasó al texto impreso (a pesar de que ese ejemplar era el que le servía de guía para preparar el borrador de Cec), lo que me induce a pensar que en realidad más que una adición era, en la mente de Escrivá, una explanación para su confesor del sentido de ese lacónico consejo, que suscita la pregunta por su significado. En una ocasión –Lisboa, 4-XI-1972–, lo explicó brevemente, con palabras que hacen eco a aquella antigua explanación:
«Te contesto. Estamos muy inclinados a decir que sí, a todo lo que es agradable a nuestros sentidos y a nuestras potencias: y, muchas veces, eso no es lo que más agrada al Señor. Por lo tanto, los buenos cristianos, en muchas circunstancias, tenemos que decir que no» .

La cuestión ya se había suscitado en un coloquio multitudinario que tuvo lugar unos días antes, el 28-X-1972, en Madrid. Alguien hizo la pregunta a Mons. Escrivá: «¿Por qué no nos explica el punto de Camino que dice: ‘acostúmbrate a decir que no’?» Respondió:
«Tú sabes que, cuando decimos que sí, todo son facilidades; pero cuando hemos de decir que no, viene la lucha, y a veces no viene la victoria en la lucha, sino la derrota. Por lo tanto, nos hemos de acostumbrar a decir que no para vencer en esa lucha. Porque de esta victoria interna sale la paz para nuestro corazón, y la paz que llevamos a nuestros hogares –cada uno, al vuestro–, y la paz que llevamos a la sociedad y al mundo entero. Porque por ahí hablan de paz y no quieren pelear dentro de su alma esta pelea, que es de paz y de amor» .


Cap 1              1. Carácter, p/1-55 [26 de Cec + 29de Msb] C   ||   1. Carácter, cd/1-23.25.26.27 Cec

Una sola consideración del cap de Cec no pasa al correspondiente de C: la cd/24, que pasará a ser el p/325, encabezando la construcción del nuevo cap titulado «Tibieza».

Como bien sabe el lector, Cem32 y Cem33 no tienen división en caps. Me refiero, pues, a un primer cap imaginario, en el que «en un primer análisis» se encuadraría ese conjunto de textos de Cem32. (Aunque no existen los caps de Cem32 en cuanto diferenciados por sus títulos, sí existen –ésa es mi conclusión– en la secuencia real de los contenidos).

1       Apínt   Cem32/1   Cec/5.1-Ceb/1   |||   sucia Cem C] sucia, Cec Txm  ||   sembradores impuros del odio CemS add autogr Cec C] caracoles impuros y llenos de odio Apínt Cem   ||   Cristo Cem C] Cristo, Cec Txm

Cuaderno V, nº 586, hoja 45v, redactado el 26-I-1932.

El Dr. Julio González-Simancas, al conocer el apcrít de este punto, me brindó la hipótesis que expongo a continuación. Es posible que, en el background literario del texto, especialmente en la expresión «caracoles impuros», haya resonancia de este pasaje de los Episodios Nacionales (aunque el Beato Josemaría no tenía ninguna especial simpatía a Pérez Galdós, tan fuertemente anticlerical): «Cosas y personas mueren, y la Historia es encadenamiento de vidas y sucesos, imagen de la Naturaleza, que de los despojos de una existencia hace otras, y se alimenta de la propia muerte. El continuo engendrar de unos hechos en el vientre de otros es la Historia, hija del Ayer, hermana del Hoy y madre del Mañana. Todos los hombres hacen historia inédita; todo el que vive va creando ideales volúmenes que ni se estampan ni aun se escriben. Digno será del lauro de Clío quien deje marcado de alguna manera el rastro de su existencia al pasar por el mundo, como los caracoles que van soltando sobre las piedras un hilo de baba con que imprimen su lento andar. Eso haré yo, caracol que aún tengo largo camino por delante; y no me digan que la huella babosa que dejo no merece ser mirada por los venideros. Respondo que todo ejemplo de vida contiene enseñanza para los que vienen detrás, ya sea por fas, ya sea por nefas, y útil es toda noticia del vivir de un hombre, ya ofrezcan sus relatos la diafanidad de los hechos virtuosos, ya la negrura de los feos y abominables, porque los primeros son imagen consoladora que enseñe a los malos el rostro de la perfección para imitarlo; los otros, imagen terrorífica que señale a los buenos las muecas y visajes del pecado para que huyan de parecérsele» (Benito Pérez Galdós, Tormentas del 48, cap VI, 2° párrafo; Historia 16, Madrid 1995, pgs 46s: subrayados míos; es el primer tomo de la Cuarta Serie de los Episodios Nacionales). Es posible, ciertamente, que el texto galdosiano suscitara en el Autor la fórmula originaria, basada en la huella de los caracoles, que tachó y cambió después.

2       Apínt   Cem32/2   Cec/5.2-Ceb/2   |||    tu... tu] mi... mi Apínt  ||  verte... oírte] verme... oírme Apínt  ||  decir] decir, Cem Cec Txm

Apínt, nº 521, 30-XII-1931. Ese mismo día transcribió a continuación el p/98.

Datos biográficos en IntrodGen § 3 nt 13.

3       Apínt Cem32/3   Cec/5.3-Ceb/3

Apínt, nº 882, 28-XI-1932. Ese mismo día escribió el p/8.

Glosas marginales al Decenario 1932, pg 44. El apunte del Beato Josemaría está escrito al final del «Obsequio» del día segundo, titulado: «La paz del alma» [Patmos 35, pg 56; Logos 52, pg 98].

Clemente de Alejandría, El Pedagogo, II, 61, 1; Fuentes patrísticas 5, Madrid 1994, pg 389.

4       Apínt   Cem32/7   Cec/.6.1-Ceb/4   |||   —«esto vir»] seq , aunque hayas nacido mujer Cem   ||||   1 1 R 2, 2

Futuros puntos de C transcritos ese día: 66, 74, 4, 735, 421, 837, 816, 474. Hoy la memoria litúrgica de San Juan de la Cruz es el 14 de diciembre.

Teresa quería que sus monjas fueran «varones fuertes» (Camino de Perfección, ms de Valladolid, cap 7, 8; BAC 212, 8ª ed, 1986, pg 271) y no derramaran «lágrimas mujeriles» (Libro de la Vida, 9, 9; ibidem, pg 66).

  Dt 31, 6.23; Jos 1, 6s; 1 Cro 22, 13; 28, 20; Sal 27 (26), 14; 31 (30), 25; 1 M 2, 64; 1 Co 16, 13.

«Viriliter agere», como señala Andrew Byrne (Camino/The Way, p/19 nt 50), es una virtud que la Escritura predica de hombres y de mujeres. Ésta es la célebre bendición de Israel a Judit por su hazaña: «tú eres la gloria de Jerusalén, té eres la alegría de Israel, tú eres el honor de nuestro Pueblo, porque has actuado viriliter, varonilmente» (Jdt 15, 10s).

Clemente de Alejandría, El Pedagogo, II, 9, 2; Fuentes patrísticas 5, Madrid 1994, pg 95s. Vid Blanca Castilla, «Consideraciones sobre la antropología ‘varón-mujer’ en las enseñanzas del Beato Josemaría Escrivá», Romana, Bollettino della Prelatura della Santa Croce e Opus Dei,  24 (1995/2) pgs 434-447.

 5      Apínt   Cem32/107   Cec/6.2-Ceb/5   |||   acostúmbrate] Niño amigo: Acostúmbrate Apínt  ||  que no.] seq Es más sencillo decir que sí: a la ambición, a los sentidos... CemS add autogr

Futuros puntos de C transcritos ese día: 920, 268, 5, 944, 186.

Notas de una tertulia, Lisboa 4-XI-1972; AGP, sec A, leg 51; también en AGP, sec P, leg 4, 1972, pg 353.

Notas de una tertulia, Madrid 28-X-1972; AGP, sec A, leg 51.