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Capítulos de Camino
Fe

 

Fe

La Sección comienza, como he dicho, por la virtud de la fe. Cap de nueva creación en la redacción de Burgos. En efecto, en C el itinerario hacia la santidad, que es mariano, eucarístico y eclesial (caps 21-25), consiste en el vivir cotidiano desde la fe,

o si se prefiere, en la fe misma que se despliega y manifiesta en el ejercicio de las virtudes. Para el Autor, que sabe de la «infame lucidez» de las tentaciones contra la Fe Católica (p/576), la fe es, sin embargo y ante todo, hermosura (p/582) y luz: «el esplendor y la seguridad y el calor del sol de la fe» (p/575). En este sentido, la temática concentrada en este cap inspira y vertebra el libro desde el punto primero: «Ilumina, con la luminaria de tu fe y de tu amor» .
El cap «Fe» tiene catorce puntos: los tres primeros proceden de Cec, los que siguen son fruto de la redacción en Burgos.


575* Algunos pasan por la vida como por un túnel, y no se explican el esplendor y la seguridad y el calor del sol de la fe.


Comienza el cap, como he dicho, con el patrimonio del impreso de Cuenca. El texto de este p/575 fue escrito el 15-VI-1932 en el Cuaderno V, nº 751 . El tenor literal del texto es idéntico al de C. Esta gozosa afirmación parece como una acción de gracias por la superación de las fuertes tentaciones contra la fe que había padecido tres meses antes. Quedó anotado en su Cuaderno:
«Jesús: las tentaciones contra la fe me harán gritar siempre, como ayer: ¡Soy hijo de la Iglesia!» .
Ayer, 15 de marzo de 1932. Y no era la primera vez, ni la última, incluso en aquel mismo año (vid com/576). Pero el Señor, en realidad, había premiado su fidelidad desde el principio, dándole aun en medio de las tentaciones, como dijo en alguna ocasión, una fe «tan gorda, que se podía cortar» : «virtus in infirmitate perficitur» (2 Co 12, 9).


576* ¡Con qué infame lucidez arguye Satanás contra nuestra Fe Católica!
Pero, digámosle siempre, sin entrar en discusiones: yo soy hijo de la Iglesia.


Procede también del Cuaderno V, nº 767, y fue transcrito quince días después del anterior: 1-VII-1932, seguido del p/879. El tenor literal del texto es idéntico al

de C. Reaparece su forma de respuesta: ¡soy hijo de la Iglesia! Pienso que este p/576 es una rememoración de la «batalla» del 15 de marzo (y otras anteriores), ahora con ocasión de la lectura del Decenario al Espíritu Santo de Francisca Javiera del Valle, que había adquirido un mes antes y que iba anotando con una fuerza extraordinaria. ¿O refleja tal vez una nueva batalla en materia de fe? No lo sabemos. Me inclino a pensar que el texto del Cuaderno se forjó, desde aquella experiencia, en la lectura y meditación de este pasaje del Decenario, relativo al asalto de Satanás contra las virtudes teologales del alma entregada a Dios:

«Pero donde va directamente a poner el blanco es en la fe, porque conseguida ésta, fácil cosa es conseguir las otras dos (esperanza y caridad); porque la fe es como el fundamento donde se levanta todo el edificio espiritual, que es lo que él quiere y desea y pretende destruir».
A continuación Escrivá subraya fuertemente esta frase del libro: «Dios entonces calla, no le impide su intento, antes prepara los caminos para que sea más ruda la batalla»; y allí inserta esta anotación, a todas luces autobiográfica:

«El ataque a la fe tira el edificio espiritual. Desconcierta la tentación contra la esperanza. Pero esa malvada seguridad de que Dios no me ama y que no le amo es la que aniquila y, aún fisiológicamente, deja vacío el corazón y arranca a la triste vida humana su finalidad: dar gloria y Amar a su Señor. Creo, espero, amo» .

Sigue Francisca: «Cuando Satanás ya se acerca a la pelea, lo primero que echamos de menos es la luz clara y hermosa que nos había dado Dios para con ella conocer la verdad». En el p/575 podrían resonar estas palabras. Y el Autor de C anota al margen:
«Antes no era fe: era evidencia».
Era ésta la situación anterior a la lucha tremenda: una forma de donación de la verdad de Dios, que le parecía evidencia, y no fe...
La reacción es la misma que en la ocasión rememorada en este punto: ¡Soy hijo de la Iglesia! En la Glosa, la humilde repetición del triple acto teologal: Creo, espero, amo. Lo nuevo ahora es que el Autor subraya la «lucidez» con que el Demonio presenta el «sinsentido» de la fe. Tal vez el Señor permitió aquel ataque brutal para iluminarle de nuevo con las luces que le había otorgado antes, y que se reflejan en el texto recogido en el punto precedente. Entre el sol de la fe y la oscuridad de la fe. El punto refleja, en efecto, la propia vida de fe del Autor, que experimentó en su espíritu, a veces en la soledad de los EjEsp, esas avalanchas arrasadoras contra la fe. En los de Segovia, en octubre de ese mismo año, anotó casi con las mismas palabras:
«¡Oh, Padre mío, que no me falte la Fe! También, con infame lucidez, se presentan dudas brutales, pero ¡soy hijo de la Iglesia!» .

Y en los de 1940, ya después de la guerra civil:
«28 de agosto. 1940: esta tarde terminamos los días de retiro. –¡Con qué argumentos más claros echaba satanás por tierra mi Fe Católica! –Es terrible. –¡Soy hijo de la Iglesia!» .
Su arma –según vemos– era, una vez y otra, la confianza en la Iglesia-Madre y la eclesialidad de la fe. El fondo de su actitud ante la tentación, bien se ve aquí, es el sentido de la filiación divina, la conciencia de hijo de Dios vivida in sinu Ecclesiae. La respuesta de Josemaría Escrivá tiene algo de la exclamación agradecida de Santa Teresa en su lecho de muerte: ¡Soy hija de la Iglesia! En Teresa el grito es de agradecimiento, en el Autor de C, de confianza: como un niño, se sumerge en la Iglesia, verdadero «sujeto» de la fe , y allí encuentra plena seguridad frente al tentador. Allí es donde se puede «caminar en oscura y pura fe, que es propio y adecuado medio por donde el alma se une con Dios».


577* Sientes una fe gigante... —El que te da esa fe, te dará los medios.


Este punto es posterior a las ediciones a ciclostil y entró directamente en el impreso de Cuenca. Es un texto típico de lo que he llamado sector b de los Apínt . Se encuentra en el Cuaderno VII, nº 1129, 3-II-1934:
«Estoy haciendo pedir a los demás, y quizá —sin quizá— no hago yo la oración que tú me pides: desde ahora, sí, la haré. Señor: tiene gracia: es para ti, y te lo hemos de pedir... ¿te harás el sordo? ¿Va a ser la oración impotente, siendo omnipotente?... Siento en mí una fe gigante (así se lo he dicho hoy al P. Sánchez): tú me das la fe, tú me darás los hechos».

El tenor del texto en el Cuaderno manifiesta de nuevo la batalla de la fe que vivía el Autor de C. El contexto más inmediato es la claridad con que veía que debía poner una Residencia de Estudiantes y la carencia más absoluta de medios materiales. Aquella mañana de sábado había visitado según su costumbre a su confesor, al que había abierto el estado de su alma. Vid p/193.
Vid com/487.


578* Te lo dice San Pablo, alma de apóstol: «Justus ex fide vivit». —El justo vive de la fe1.
—¿Qué haces que dejas que se apague ese fuego?


Con este punto comienzan las octavillas redactadas en Burgos. Ésta, en concreto, es una octavilla Re, escrita al final del período redaccional, cuando escribía puntos de C a partir de los guiones de predicación. Procede muy probablemente de esta anotación:
«Iustus ex fide vivit (Heb X, 38): ¡el alma apostólica!» .


579* Fe. —Da pena ver de qué abundante manera la tienen en su boca muchos cristianos, y con qué poca abundancia la ponen en sus obras1.
—No parece sino que es virtud para predicarla, y no para practicarla.


De nuevo una octavilla Re, escrita también desde la misma meditación sobre la fe:
«¿Fe para predicarla y no para practicarla?» .
El punto tiene el trasfondo de la famosa cuestión «fe y obras», que enfrentó a católicos y protestantes en el siglo XVI. Pero el Autor no se mueve en esa dirección: está en realidad glosando el texto de la carta de Santiago 2, 18 («pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe»), bajo el aspecto que él ve más grave en la vida de «muchos cristianos» (católicos o no): fe proclamada y predicada, pero no fe vivida y atestiguada con las obras. Este punto guarda un fuerte paralelismo con el p/461 (vid): lo que allí se dice en términos de «caridad y obras» (tomados de San Juan) aquí aparece en términos de «fe y obras». Lo que decide —en la Escritura, y también en C— acerca de la fe y la caridad del cristiano no son las palabras, sino las obras. Antes que maestros, los cristianos hemos de ser testigos y confesores. «De nada sirve la sana fe –decían los antiguos– si la vida está corrompida» .

580* Pide humildemente al Señor que te aumente la fe1. —Y luego, con nuevas luces, juzgarás bien las diferencias entre las sendas del mundo y tu camino de apóstol.


Sigue el Autor trabajando a partir del guión 101, y ahora escribe sobre una octavilla Not. Estamos por tanto después del 7-XII-1938:
«El que tiene fe juzga bien las diferencias entre las cosas terrenas y su vocación» .
El punto arranca desde el texto de San Lucas, que no figura sin embargo en el guión.
La frase inicial de este punto –«Pide humildemente al Señor que te aumente la fe»– muestra bien la secuencia de este cap y el siguiente: fe y humildad, las dos virtudes «fundamento», que San Agustín ponía en relación hablando de Jesús y el centurión de Cafarnaúm:
«Nunca encontré tanta fe en Israel (Mt 8, 10). ¿Qué significa tanta? Tan grande. ¿De dónde procede esa grandeza? De la pequeñez, es decir, lo grande procede de la humildad» .


581* ¡Con qué humildad y con qué sencillez cuentan los evangelistas hechos que ponen de manifiesto la fe floja y vacilante de los Apóstoles!
—Para que tú y yo no perdamos la esperanza de llegar a tener la fe inconmovible y recia que luego tuvieron aquellos primeros.


Texto escrito sobre una octavilla Bl, rasgos fuertes. Seguimos en diciembre de 1938. Ahora el guión es de una plática sobre la fe de los Apóstoles:
«Fe de los Apóstoles y discípulos. Floja. Para animarnos, ¡con qué humildad y sencillez cuentan los evangelistas!...» .
Sobre «la fe floja y vacilante de los Apóstoles», vid por ej Mt 8, 23-27; Mt 14, 22-32; Mt 17, 14-20; Mc 16, 9-14; Lc 24, 13-36; Jn 20, 24-29.

582* ¡Qué hermosa es nuestra Fe Católica! —Da solución a todas nuestras ansiedades, y aquieta el entendimiento y llena de esperanza el corazón.


Texto escrito sobre una octavilla Re. No hay interrelación documental conocida. Parece una prolongación del punto primero de este cap y un contrapunto del p/576. El creyente puede experimentar en su entendimiento, según la permisión de Dios, sea la brutalidad «lógica» del enemigo del alma (p/576), sea la plenitud gozosa (p/575 y 582). En todo caso, el Autor siempre fomentaba una sólida formación doctrinal y teológica entre los fieles. En una nota suya contemporánea a las octavillas de C se lee:
«Actos de fe. No basta creo, sino por qué» .


583* No soy «milagrero». —Te dije que me sobran milagros en el Santo Evangelio para asegurar fuertemente mi fe. —Pero me dan pena esos cristianos —incluso piadosos, «¡apostólicos!»— que se sonríen cuando oyen hablar de caminos extraordinarios, de sucesos sobrenaturales. —Siento deseos de decirles: sí, ahora hay también milagros: ¡nosotros los haríamos si tuviéramos fe!


Texto escrito sobre una octavilla Re. No es clara su relación interdocumental. Lo que me parece sumamente probable es que este p/583 esté escrito a continuación del p/362. Los dos son fichas Re y tienen el mismo inicio discursivo: al Autor le sobra con los milagros de la Escritura. Pero en este p/583 comienza con la fórmula: «Te dije que...». Es, a mi parecer, una clara referencia al p/362.
Anotemos que, al comenzar el guión titulado «Espíritu de fe», escribió algo que puede estar en la base:
«Muchas veces se dice que ahora son menos frecuentes los milagros... ¿no es que son menos frecuentes las almas que viven vida de fe?... ¡El alma apostólica! Almas de ahora conozco, con vida de fe...» .

584* Enciende tu fe. —No es Cristo una figura que pasó. No es un recuerdo que se pierde en la historia.
¡Vive!: «Jesus Christus heri et hodie: ipse et in saecula!» —dice San Pablo— ¡Jesucristo ayer y hoy y siempre!1


Ahora estamos ante un texto escrito sobre una octavilla Bl, con trazos y pluma suaves. Diversos testimonios precedentes en los guiones de predicación:
«–Vida de fe... –¡Jesucristo... vive! –Dios no se ha cortado las manos: es el de siempre. Iesus Christus heri... (Heb XIII, 8)» .
«Avivar la Fe: no es Cristo una entelequia...; si no, perdemos el tiempo» .
La doctrina de la «contemporaneidad» de Cristo a cada generación humana, que el Autor expresaba de este modo, es clave en su comprensión de la vida cristiana. Ha podido hablarse, arrancando de este punto, de «un cristocentrismo acentuado y singular» en Escrivá de Balaguer . Pero no sólo en el orden intelectual; su experiencia le decía que la asimilación vital de este mensaje era «articulus stantis et cadentis vitae christianae», como puede verse en este texto, escrito tres años antes:

«Metamos a Cristo en nuestros corazones y en los corazones de los chicos. ¡Lástima!: frecuentan los sacramentos, llevan una conducta limpia, estudian, pero... la Fe muerta. Jesús –no lo dicen con la boca, lo dicen con la falta de vibración de su proceder–, Jesús vivió hace XX siglos... –¿Vivió? Iesus Christus heri, et hodie: ipse et in saecula; Jesucristo el mismo que ayer es hoy; y lo será por los siglos (Hebr. XIII, 8).

Jesucristo vive, con carne como la mía, pero gloriosa; con corazón de carne como el mío. Scio enim quod Redemptor meus vivit, sé que mi Redentor vive (Iob XIX, 25). Mi Redentor, mi Amigo, mi Padre, mi Rey, mi Dios, mi Amor, ¡vive! Se preocupa de mí. Me quiere más que la bendita mujer –mi madre– que me trajo a este mundo... Es bastante: que saquen los chicos las consecuencias prácticas. ¡Cuántas veces esta consideración, tan sencilla y trillada, ha sido el origen de un devorador incendio de Fe y de Amor, en más de un corazón varonil» .

585* «Si habueritis fidem, sicut granum sinapis!» —¡Si tuvierais fe tan grande como un granito de mostaza!...1
—¡Qué promesas encierra esa exclamación del Maestro!


Texto escrito sobre una octavilla Not, surgido muy probablemente repasando en la fase final de la redacción, como en el caso de puntos anteriores, el guión 101, en el que se lee:
«Si habueritis fidem... Cura de Ars» .
No explicita el guión el sentido de la alusión al Cura de Ars, omitida en el punto de C. Probablemente trataba el Autor de ilustrar a aquellos sacerdotes la vida de fe con el ejemplo de San Juan María Vianney. En todo caso, parece reflejarse en las «promesas» que se contienen en la exclamación de Jesús.


586* Dios es el de siempre. —Hombres de fe hacen falta: y se renovarán los prodigios que leemos en la Santa Escritura.
—«Ecce non est abbreviata manus Domini» —¡El brazo de Dios, su poder, no se ha empequeñecido!1


Texto escrito sobre una octavilla Drv, en cuyo dorso se lee, escrito a máquina: «Academia de». También aquí hay testimonios diversos en la predicación de aquellos años, empezando por el apunte de la Plática preparatoria de Vergara, que empezamos a citar en com/584:
«–Dios no se ha cortado las manos: es el de siempre. Iesus Christus heri... (Heb XIII, 8). –¿Qué falta, pues?... Fe viva, operativa» .
«Dios es el de siempre. Los primeros 12. Mulieres sorores» .
«¿Y ahora, en el siglo XX? Como en el XIII, como en el XVI, Dios no se ha cortado las manos. Non est abbreviata manus Domini; no se ha empequeñecido el poder de Dios, que continúa concediendo nuevas maravillas en favor de los hombres» .
Ya en la Instrucción de 1935 escribía a los fieles del Opus Dei, hablándoles de cómo llevar a los jóvenes hacia Dios:

«No perdáis ocasión de hacerles notar que Dios es el de siempre: que no se ha cortado las manos, suelo decir con frase gráfica» .


587* No tienen fe. —Pero tienen supersticiones. Risa y vergüenza nos dio aquel poderoso que perdía su tranquilidad al oír una determinada palabra, de suyo indiferente e inofensiva —que era, para él, de mal agüero— o al ver girar la silla sobre una pata.


Texto escrito en Burgos sobre una octavilla Re. La experiencia concreta que refleja este punto se sitúa, al parecer, en los largos días del encierro en Honduras. Los testimonios escritos que he leído son de Juan Jiménez Vargas. El más antiguo es una alusión en una carta desde el frente de Teruel, en la que, hablando de otro asunto decía: «Sólo me falta tocar hierro, como aquel jamelgo aristocrático de [la Legación de] Honduras que se tocaba la hebilla del cinturón cuando le nombraban la bicha» . Después de la muerte de San Josemaría, el Prof. Jiménez Vargas escribió:

«En la Legación de Honduras había un aristócrata –el conde del XX– que tenía cosas de éstas. Por ej, llevaba madera en el cinturón para poder tocar madera y hierro a la vez: la madera y la hebilla. Lo comentaba sin el menor pudor».

Agrega que el Autor se reía de estas cosas, pero «no dejaba pasar ni una ocasión en la que pudiera hacer algo para acabar con eso» .
La secuencia textual parece pedir una coma después de la frase entre guiones. Pero no es una coma de las que «cayó» en la corrección de pruebas de la edición príncipe, sino que falta desde el borrador.


588* «Omnia possibilia sunt credenti» —Todo es posible para el que cree1. —Son palabras de Cristo.
—¿Qué haces, que no le dices con los apóstoles: «adauge nobis fidem!» —¡auméntame la fe!2?


Texto escrito sobre una octavilla Not, que pudo venir sugerido, como buena parte de los puntos de este cap, por la meditación sobre «Espíritu de fe», en concreto por este apunte:

«Si potes credere, omnia possibilia sunt credenti» .
Los cambios reflejados en el apcrít daban esta primera redacción de la «gaitica»:
«Omnia possibilia sunt credenti —todo es posible para el que cree.
¿Qué haces, que no le pides fe?».
El Autor se aferró muchas veces a esta petición de los Apóstoles. Escribía en 1933:
«A pesar de mis miserias sin cuento, seguí pidiendo oraciones y, de modo especial –adauge nobis fidem!– que me aumentara el Señor la fe, por aquella oración. Y creo que Jesús vuelve a moverme, a pesar de mi resistencia» .
La conclusión del cap subraya –y pone en relación– el poder y la fuerza de la fe y la necesidad de pedirla, pues es un don de Dios.

 

 

Summa Theologiae, IIª-IIae q. 4 a. 1 cor: «fides est manens credentium fundamentum, collocans eos in veritate et in ipsis veritatem». Q. 161, a. 5, ad 2: «primus autem accessus ad Deum est per fidem […] et secundum hoc, fides ponitur fundamentum, nobiliori modo quam humilitas».
Summa Theologiae, IIª-IIae q. 161 a. 5 ad 2: «primum in acquisitione virtutum potest accipi dupliciter: uno modo, per modum removentis prohibens, et sic humilitas primum locum tenet, inquantum scilicet expellit superbiam, cui Deus resistit, et praebet hominem subditum et semper patulum ad suscipiendum influxum divinae gratiae, inquantum evacuat inflationem superbiae».
Cap 26 26 [Msb: 17]. Fe, p/575-588 [3 de Cec + 11 de Msb] C || Cap nuevo [+ ex 17. Virtudes, cd/232-233.236]
Vid sobre el tema, José Miguel ODERO, «La virtud de la fe en ‘Camino’», en Estudios sobre ‘Camino’, 1988, pgs 291-312, y también, ibidem pgs 34s, la «Introducción» de José MORALES.
575 Apínt Cem32/103 Cec/56.1-Ceb/232 || fe] Fe Cem
Iba seguido del p/223.
Apínt, nº 663, 16-III-1932. No hay anotaciones de «ayer» (día 15).
Citada por Álvaro del Portillo, en AGP, sec P, leg 1, 1975, pg 657.
576 Apínt Cem32/104 Cec/56.2-Ceb/233 || Satanás] satanás Cem
Glosas marginales al Decenario 1932, pg 98. El subrayado es del Autor. Patmos 35, pg 108; Logos 52, pg 156.
Apínt, nº 1668; Segovia, 10-X-1932.
Apínt, nº 1621; Madrid, 28-VIII-1940; la cursiva es del original.
«Después de la comunión volvió a dar gracias al Señor ‘porque la había hecho hija de la Iglesia y moría en ella’. Repetía muchas veces: ‘En fin, Señor, soy hija de la Iglesia’. ‘Gracias te hago, Dios mío, Esposo de mi alma, porque me hiciste hija de tu Santa Iglesia Católica’» (EFRÉN DE LA MADRE DE DIOS - Otger STEGGINK, Tiempo y vida de Santa Teresa, BAC 283, Madrid 1968, pg 761. Allí se citan las fuentes de estos testimonios).
Sobre el tema vid Henri de LUBAC, La foi chrétienne: essai sur la structure du Symbole des Apôtres, Aubier-Montaigne, 2ª ed, Paris 1970, cap V: «L’Église croyante». —En la página siguiente del Decenario San Josemaría pudo encontrar que ésta fue también la reacción de Francisca Javiera: el alma «se acuerda de la Iglesia y del amor que a ella debemos tener» y con palabras entrecortadas logra decir: «me uno a las creencias todas de mi madre la Iglesia y no quiero creer ninguna cosa más» (Patmos 35, pg 110; Logos 52, pg 158).
San JUAN DE LA CRUZ, Noche oscura, II, 2, 5; BAC 15, 13ª ed, 1991, pg 524.
577 Apínt Cec/56.5-Ceb/236
Vid IntrodGen § 3, 1, b.
578 Msb |||| 1 Rm 1, 17; Hb 10, 38; cfr Ha 2, 4
EjEsp, Plática «Espíritu de fe», Vitoria 18-VIII-1938; guión nº 101.
579 Msb ||| Fe. —Da Txm] Fe: Da Msb |||| 1 cfr St 2, 18-23
Ibidem.
San JUAN CRISÓSTOMO, Sobre el sacerdocio, lib IV, 9; BAC 169, 1958, pg 715. Vid en el mismo sentido el texto de San Agustín citado en com/796.
580 Msb ||| las sendas Msb add] los caminos Msb del |||| 1 Lc 17, 5
EjEsp, Plática «Espíritu de fe», Vitoria 18-VIII-1938; guión nº 101.
San AGUSTÍN, Sermón 77, 12; BAC 441, 1983, pg 410.
581 Msb ||| hechos] hechos, Msb Txm
EjEsp, Plática «Fe de los Apóstoles», Vergara 5-IX-1938; guión nº 128.
582 Msb ||| Fe Católica Txm] fe católica Msb
AGP, sec A, leg 50-04, carp 5, exp 3; la cursiva es del original.
583 Msb ||| Evangelio] Evangelio, Msb Txm || milagros: Txm] milagros. Msb || ¡nosotros Txm add autogr] ¡Vosotros Msb Txm del || los haríamos Txm add autogr] los haríais, Msb add Txm del | los haréis, Msb del || tuviéramos Txm add autogr] tuvierais Msb add Txm del | tenéis Msb del
En todo caso este inicio le sirvió al autor para el comienzo de otra meditación titulada «Vida de fe», que predicó en Madrid en 12-X-1947 y que se conserva en cinta magnetofónica. El Autor la reelaboró y fue publicada en Amigos de Dios: «Se oye a veces decir que actualmente son menos frecuentes los milagros. ¿No será que son menos las almas que viven vida de fe?» (Amigos de Dios, 190).
584 Msb ||| recuerdo] recuerdo, Msb Txm |||| 1 Hb 13, 8
EjEsp, «Plática preparatoria», Vergara 4-IX-1938; guión nº 97.
EjEsp, Meditación «Resurrección», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 115.
Así, Ratzinger: «Se puede, pues, hablar, en relación con el Beato Josemaría Escrivá, de un cristocentrismo acentuado y singular, en el que la contemplación de la vida terrena de Jesús y la contemplación de su presencia viva en la Eucaristía conducen al descubrimiento de Dios y a la iluminación, a partir de Dios, de las circunstancias del vivir cotidiano» (Joseph RATZINGER, «Mensaje inaugural», en Santidad y mundo, 1996, pgs 30s). Cfr A. ARANDA, ‘El bullir de la sangre de Cristo’, 2000.
Instrucción, 9-I-1935, nº 248s; la cursiva es del original.
585 Msb |||| 1 Mt 17, 19
EjEsp, Plática «Espíritu de fe», Vitoria 18-VIII-1938; guión nº 101. El apunte es una «adición de Vergara».
586 Msb ||| Santa Escritura Msb add] Escritura Santa Msb del || Ecce non est] praec Numquid abbreviata et parvula fa [cta est manus mea... Is 50, 2] Msb del |||| 1 Is 59, 1
EjEsp, «Plática preparatoria», Vergara 4-IX-1938; guión nº 97.
EjEsp, Plática «Espíritu de fe», Vitoria 18-VIII-1938; guión nº 101.
PredicHond, «Non est abbreviata manus Domini», 26-VII-1937, pg 231; XXXVII.
Instrucción, 9-I-1935, nº 225; la cursiva es del original. En nota: «Numquid manus Domini invalida est? (Num. XI, 23). Ecce non est abbreviata manus Domini (Isai. LIX, 1)».
587 Msb
Carta de Juan Jiménez Vargas a Francisco Botella, Cota 1184 (frente de Teruel) 14-VIII-1938; AGP, sec N-2, leg 148, carp B, exp 1.
Relato del 77, pg 14.
588 Msb ||| Todo] todo Msb Txm || Son palabras de Cristo Msb add || le dices con los apóstoles: «adauge nobis fidem!» —¡auméntame la fe!? Msb add] le pides fe? Msb del |||| 1 Mc 9, 22 | 2 Lc 17, 5
EjEsp, Plática «Espíritu de fe», Vitoria 18-VIII-1938; guión nº 101. ―Sobre la palabra «Apóstoles» con minúscula, vid com/144.
Cuaderno VI, nº 1064, 18-X-1933.