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Capítulo
Punto 315

Más de vida interior · Punto 315

 Misionero. —Sueñas con ser misionero. Tienes vibraciones
a lo Xavier: y quieres conquistar para Cristo un imperio.

—¿El Japón, China,
la India, Rusia..., los pueblos fríos del norte de Europa, o América, o África, o Australia?

—Fomenta esos incendios
en tu corazón, esas hambres de almas.
Pero no me olvides que eres más misionero «obedeciendo». Lejos geográficamente
de esos campos
de apostolado, trabajas «aquí» y «allí»:
¿no sientes —¡como Xavier!— el brazo cansado después
de administrar a tantos el bautismo?
 

Analogatum princeps: el modelo principal; el modelo por excelencia. En este punto, el "modelo por excelencia" del afán misionero es San Francisco Javier.
Comentario

Gaetano Lapis, Muerte de San Francisco Javier

Desde los inmediatos sufrimientos de la guerra, de los que trataba en el punto anterior, San Josemaría pasa en este punto a considerar el mundo entero como horizonte del Evangelio.

San Francisco Javier, que era uno de los santos de su devoción [1], es el analogatum princeps de la doctrina que expone en este punto..

Pero el mundo entero se hace realidad concreta –éste es el mensaje– en el aquí y ahora del trabajo y las responsabilidades de la vida ordinaria, que constituyen la «obediencia de fe» de los cristianos corrientes y el campo de su misión.

La célebre escena del brazo cansado la narra el mismo Javier:

«Estuve cuasi movido de escribir a la Universidad de París, a lo menos a nuestro Maestre de Cornibus y al doctor Picardo, cuántos mil millares de gentiles se harían cristianos, si hubiese operarios, para que fuesen solícitos de buscar y favorecer las personas que non quaerunt quae sua sunt, sed quae Jesu Christi.

Es tanta la multitud de los que se convierten a la fe de Cristo en esta tierra por donde ando, que muchas veces me acaesce tener cansados los brazos de bautizar, y no poder hablar de tantas veces decir el credo y mandamientos en su lengua de ellos, y las otras oraciones [...]

Sobre todas las oraciones les digo muchas veces el credo y mandamientos; hay día que bautizo todo un lugar, y en esta costa donde ando, hay treinta lugares de cristianos» [2].

Brazo incorrupto de San Francisco Javier
en la Chiesa del Gesù , Roma

Sobre el tema «misión» y «misionero», consultar el punto 848 y su comentario



[1] Leer el comentario al punto 250, nota 9.

[2] Carta de San Francisco Javier a «los compañeros residentes en Roma», Cochín 15-I-1544; Cartas y escritos de San Francisco Javier, BAC 101, 1979, pg 116s. En Roma, en la Iglesia del Gesù, se venera como preciosa reliquia el brazo derecho de San Francisco Javier.