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Capítulo
Punto 324
Más de vida interior · Punto 324

 «Quia hic homo coepit aedificare et non potuit consummare!» —¡comenzó a edificar y no pudo terminar!
Triste comentario,
que, si no quieres,
no se hará de ti: porque tienes todos los medios para coronar el edificio de tu santificación:
la gracia de Dios
y tu voluntad.
 

San Lucas, XIV «Porque ¿quién de vosotros, que quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos y ver si tiene para acabarla? No sea que, habiendo puesto los cimientos y no pudiendo terminar, todos los que lo vean se pongan a burlarse de él, diciendo: `Éste comenzó a edificar y no pudo terminar.'

O ¿qué rey, antes de salir contra otro rey, no se sienta a deliberar si con diez mil puede salir al paso del que viene contra él con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía una embajada para pedir condiciones de paz. Pues, de igual manera, cualquiera de vosotros que no renuncie a todos sus bienes no puede ser discípulo mío

Comentario

El punto de partida de este punto, escrito por San Josemaría durante su estancia en Burgos en 1938, pudo ser una de éstas frases que había anotado en los guiones que preparaba para predicar los Ejercicios Espirituales::

«(Luc XIV, 25-35). Medios: edificar la torre ...hacer la guerra: ¡su gracia! Sí, pero con mi esfuerzo» [1].

«(Luc XIV, 28-32) El edificio. La guerra. Quia hic homo coepit aedificare et non potuit consumare! Tenemos 'sumptus qui necessarii sunt!... possumus occurrere ei!... sufficit tibi gratia mea! (II Cor XII, 9)» [2].

La antropología de la libertad, subyacente a lo largo de Camino [3], tiene aquí un momento de emergencia especialmente denso. El edificio de la santificación, es decir, de la plenitud de realización del hombre, es un don de la gracia que cuenta con «tu voluntad», con el ejercicio de la libertad personal.

Esa libertad, a su vez, ha de ser donada a Dios («Hombre libre, sujétate a voluntaria servidumbre...»; punto 761 y comentario), como se muestra en el capitulo 37: «La Voluntad de Dios».

Este capítulo termina con este breve apunte sobre la interacción de la gracia divina y la correspondencia humana, que son las coordenadas de la santificación del cristiano.



[1] Ejercicios Espirituales, Plática «Vida sobrenatural y espíritu sacerdotal», Vergara 6-IX-1938; guión nº 82.

[2] Ejercicios Espirituales, «Plática de perseverancia», Vitoria 26-VIII-1938; guión nº 120.

[3] «La libertad del cristiano era uno de sus temas predilectos», decía Cornelio Fabro («Un maestro de libertad cristiana», en L'Osservatore Romano, 2-VII-1977), que volvió sobre el tema en «El temple de un Padre de la Iglesia», en Cornelio Fabro – Salvatore Garofalo – Maria A. Raschini, Santos en el mundo, Rialp, Madrid 1993, pgs 107-115 (orig. italiano: Santi nel mondo, Ares, Milán 1992). Vid también sobre el tema Antonio MilLAN Puelles, «Amor a la libertad», en AA. VV., Homenaje a Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer, pgs 26-53 y Alejandro Llano, «La libertad radical», en Josemaría Escrivá y la Universidad, 1993, pgs 259-276.