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Capítulo
Punto 48
Carácter · Punto 48

 Poco recio
es tu carácter: ¡qué afán de meterte en todo!

—Te empeñas en ser la sal de todos los platos... Y —no te enfadarás porque te hable claro— tienes poca gracia
para ser sal:
y no eres capaz
de deshacerte
y pasar inadvertido
a la vista, igual que ese condimento.
Te falta espíritu de sacrificio. Y te sobra espíritu de curiosidad
y de exhibición.
 

Comentario

Este punto procede de la predicación de San Josemaría en la Legación de Honduras, en Madrid. En una meditación de junio de 1937 se lee:

«¿Qué impulso es el que te lleva a considerarte indispensable, a ser salsa de todos los guisos? En todas partes se pone tu yo en primer plano. ¡Qué dificultad para aceptar el camino llano, natural, humilde! ¿No es cierto que a menudo rehuyes el sacrificio callado, y buscas el alarde llamativo, el gesto heroico?» [1].

La «salsa de todos los guisos» pasa a ser «la sal de todos los platos». Expresiones coloquiales de la misma familia, tal vez creadas por San Josemaría a partir de otra más conocida y documentada: «el perejil de todas las salsas» [2].

San Josemaría la transforma posiblemente para conectar con el fondo humano y bíblico que tiene la sal.

Nótese el contraste con «la sal de la tierra» (Mt 5, 13) que tienen que ser los cristianos. El «tienes poca gracia para ser sal» incluye en su significado tanto el sentido humano de «tener gracia» («tener salero») como el sentido sobrenatural (la correspondencia a la gracia divina para ser «la sal de la tierra»).

«¿Quién es bastante humilde y sabio para no sentirse retratado en esa imagen peyorativa, 'la sal de todos los platos'?» [3].



[1] Predicación de San Josemaría en la Legación de Honduras en Madrid, «Virtud de la obediencia», 8-VI-1937, pg 110; XV.

[2] La expresión en ABC (Madrid), 9-XII-2000.

[3] J. M. IbAÑez Langlois, Josemaría Escrivá como escritor, (2002), pg 20.