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Capítulo
Punto 497
La Virgen · Punto 497

Di: Madre mía
—tuya, porque eres suyo por muchos títulos—, que tu amor me ate a la Cruz
de tu Hijo:
que no me falte la Fe,
ni la valentía,
ni la audacia, para cumplir la voluntad
de nuestro Jesús.
 

Comentario

Nuestra Señora, Emperatriz de China

Este texto procede de las notas que tomó San Josemaría durante el retiro espiritual que hizo en junio de 1933, en Madrid:

«Madre mía –mía, porque yo soy tuyo por muchos títulos– que tu amor me ate a la Cruz de tu Hijo: que no me falte la fe, ni la valentía, ni la desvergüenza, ni la audacia, para cumplir la Voluntad de nuestro Jesús» [1].

Ya antes, en los Ejercicios Espirituales que había hecho enSegovia del año anterior (Apuntes íntimos, nº 1668), le salió una exclamación parecida, dirigida a Dios Padre (vid com/576):

«¡Oh, Padre mío, que no me falte la Fe! También, con infame lucidez, se presentan dudas brutales, pero ¡soy hijo de la Iglesia!» [2].

Probablemente en el original para la imprenta de la edición de Cuenca figuraba el texto literal de la anotación de Segovia: por tanto con la «desvergüenza», que debió caer ante los censores del Obispado.

Lo hago constar porque, de ser así, a San Josemaría se le habría olvidado modificar este punto cuando «recuperó» para el texto de Camino la «desvergüenza» perdida en Cuenca. Tal vez por estar muy alejado del capítulo «El plano de tu santidad», que es donde la expresión aparece con frecuencia.

Por lo demás, el ir y el volver a Jesús, tan central en este capítulo, se concreta aquí, en diálogo con María, en ese «cumplir la voluntad de nuestro Jesús».

Nótese la transformación literaria del texto que hace San Josemaría para que, lo que es originariamente oración suya personal, pase a ser, a la letra, oración propia –también personal– del lector: el texto entre guiones se convierte en un diálogo con el lector en el seno del diálogo del lector con la Santísima Virgen.



[1] Apuntes íntimos, nº 1718, 26-VI-1933; la cursiva es del original.

[2] Vid más adelante el número 576; la cursiva es mía.