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Capítulo
Punto 525
La Iglesia · Punto 525

Ser «católico»
es amar a la Patria,
sin ceder a nadie mejora en ese amor.
Y, a la vez,
tener por míos
los afanes nobles
de todos los países. ¡Cuántas glorias
de Francia
son glorias mías!
Y, lo mismo, muchos motivos de orgullo
de alemanes,
de italianos,
de ingleses...,
de americanos
y asiáticos y africanos son también mi orgullo.
—¡Católico!:
corazón grande, espíritu abierto.
 

Comentario

 

El contexto de este punto escrito por es el fuerte desarrollo de los nacionalismos en el escenario europeo de la época, especialmente el que se forjaba de manera creciente, durante la guerra civil española, en la llamada zona «nacional» [1]. «Católico», entre comillas.

No está diciendo San Josemaría lo que es ser católico, en el sentido de miembro de la Iglesia Católica, sino nombrando algunas implicaciones sociales del estilo de vida propuesto en el Evangelio y predicado por la Iglesia.

Se refiere concretamente al «espíritu universal» –«católico»– que es propio de los cristianos, que debe llevarles a superar todo nacionalismo: a amar, ciertamente, la propia Patria como el que más y, a la vez, sentir como propias tantas «glorias» y «motivos de orgullo» de todas las Patrias del mundo.

La apertura de espíritu, para San Josemaría,, es connatural al carácter «católico» de la Iglesia.



[1] Durante toda su vida –no sólo en el contexto de Camino–, San Josemaría predicó la virtud del patriotismo, el amor a la patria, a la vez que señalaba el nacionalismo que discrimina y excluye como una actitud incompatible con el sentido humano y cristiano de la convivencia cívica.