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Capítulo
Punto 587
Fe · Punto 587

No tienen fe.
—Pero tienen supersticiones.
Risa y vergüenza nos dio aquel poderoso que perdía su tranquilidad al oír una determinada palabra, de suyo indiferente e inofensiva —que era, para él, de mal agüero— o al ver girar la silla
sobre una pata.
 

Comentario

Texto escrito durante la estancia de San Josemaría en Burgos. La experiencia concreta que refleja este punto se sitúa al parecer, en el largo perioso que había pasado en la Legación de Honduras en Madrid, junto con otros refugiados, sin poder salir a la calle a causa de la guerra.

Los testimonios escritos que he leído sobre este particular son de Juan Jiménez Vargas. El más antiguo es una alusión en una carta que escribió desde el frente de Teruel, en la que, hablando de otro asunto, decía: «Sólo me falta tocar hierro, como aquel (...) que se tocaba la hebilla del cinturón cuando le nombraban la bicha» [1].

Después de la muerte de San Josemaría, el Prof. Jiménez Vargas escribió: «En la Legación de Honduras había un aristócrata –el conde del XX– que tenía cosas de éstas. Por ejemplo, llevaba madera en el cinturón para poder tocar madera y hierro a la vez: la madera y la hebilla. Lo comentaba sin el menor pudor».

Agrega que San Josemaría se reía de estas cosas, pero «no dejaba pasar ni una ocasión en la que pudiera hacer algo para acabar con eso» [2].

La secuencia textual parece pedir una coma después de la frase entre guiones. Pero no es una coma de las que «cayó» en la corrección de pruebas de la edición príncipe, sino que falta desde el borrador.


[1] Carta de Juan Jiménez Vargas a Francisco Botella, Cota 1184 (frente de Teruel) 14-VIII-1938; AGP, sec N-2, leg 148, carp B, exp 1.

[2] Relato del 77, pg 14.