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Capítulo
Punto 68
Dirección · Punto 68

 Presbítero, etimológicamente,
es tanto como anciano.

—Si merece veneración la ancianidad,
piensa cuánto más habrás de venerar
al Sacerdote.

Comentario

camino 68

Esta octavilla pertenece a la serie de octavillas con textos de Camino escritos por San Josemarçia en la Legación de Honduras, en Madrid, durante la guerra civil.

En julio de 1937 predicaba San Josemaría a los que le acompañaban en aquella Legación:

«¡Cómo resplandece aquí [1] el respeto de Jesús hacia el sacerdote!, aunque eran sacerdotes de la Ley Antigua, servidores de un Arca Santa que era tan sólo una figuración de nuestros Sagrarios. ¿Qué consideración habremos de mostrar nosotros hacia los sacerdotes de la Ley Nueva, que poseen el poder de cambiar el pan en la misma Carne de Cristo? ¡Cómo debemos extremar con ellos la comprensión, cubriendo sus miserias y flaquezas de hombre con la capa de la caridad!» [2].

En la predicación de agosto de 1938 en Vitoria se lee:

«Dignidad del sacerdote. Veneración que le debemos. Noé y sus hijos: no como Caín, mal hijo... [vid p/75] Buena labor: orar, sufrir, expiar pro sacerdotibus» [3].



[1] Está comentando Mt 8, 4, que cita así:

«ve, muéstrate al sacerdote y ofrece la ofrenda que mandó Moisés para que les sirva a ellos de testimonio».

[2] Predicación de San Josemaría en la Legación de Honduras, en Madrid «Curación de un leproso», 12-VII-1937, pg 208; XXXIII. Es clásico, en el tema de la dignidad del sacerdote, el De Sacerdotio, de San Juan Crisóstomo, que San Josemaría Escrivá había leído y meditado antes de su ordenación sacerdotal.

[3] Ejercicios Espirituales, Meditación «La Cena», Vitoria 22-VIII-1938; guión nº 110.