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Capítulo
Punto 688
Tribulaciones · Punto 688

 Otra vez...:

Que han dicho,
que han escrito...:
En favor, en contra...:
Con buena,
y con menos buena voluntad...:

Reticencias y calumnias, panegíricos y exaltaciones...: sandeces y aciertos...

—¡Tonto, tontísimo!:
¿Qué te importa, cuando vas derecho
a tu fin,
cabeza y corazón borrachos de Dios,
el clamor del viento
o el cantar
de la chicharra,
o el mugido
o el gruñido
o el relincho?...

Además... es inevitable: no pretendas poner puertas al campo.
 

Comentario

Este punto 668 guarda un paralelismo temático con el punto anterior, que se sitúa en el clima de la Legación de Honduras, donde la vida de aquellos que acompañaban a San Josemaría suscitaba en el resto de los refugiados algunos «murmullos» o críticas.

Estos murmullos, ¿no traerían a la memoria de San Josemaría –que era un lector asiduo de Cervantes– estas palabras de Don Quijote a Sancho?:

«No te enojes, Sancho, ni recibas pesadumbre de lo que oyeres, que será nunca acabar. Ven tú con segura conciencia, y digan lo que dijeren; y es querer atar las lenguas de los maldicientes lo mismo que querer poner puertas al campo. Si el gobernador sale rico de su gobierno, dicen dél que ha sido un ladrón, y si sale pobre, que ha sido un parapoco y un mentecato» [1].

«Poner puertas al campo»: es una «frase figurada y familiar con que se da a entender la imposibilidad de poner límites a lo que no puede consentirlos» [2].

San Josemaría explica que lo que digan los demás no debe quitar la paz al discípulo de Cristo que vive esforzándose por ser coherente con su vocación bautismal en medio del mundo y expuesto a todos los vientos.



[1] Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, Segunda parte, cap 55 (edición del IV Centenario, Valencia 1993, pg 840).

[2] Enciclopedia Espasa, voz «Puerta» (t. 48, pg 290). La 9ª edición brasileña de Camino traduce: «tapar o sol com a peneira».