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Capítulo
Punto 769
La voluntad de Dios · Punto 769

 La indiferencia no es tener el corazón seco... como Jesús no lo tuvo.

Comentario

Texto escrito sobre una octavilla Not en torno a Navidad de 1938. Tenía su «borrador» literal en este otro guión:

«La indiferencia no es tener el corazón seco... como Jesús no lo tuvo» [1].

«Indiferencia». El Autor introduce aquí un concepto nuevo para el lector. No habla ahora de «indiferencia» en el sentido negativo, peyorativo –el habitual en la conversación–, que tiene en los otros pasajes del libro; por ej, p/363 («convirtió la amistad en indiferencia»; vid también 437, 587, 642, 687); sino en el sentido técnico –positivo– que esta palabra toma en la literatura espiritual clásica: el status sanctae indifferentiae, que, con distintos matices, sostienen Fénélon y la escuela francesa del XVII, y ya antes Ignacio de Loyola, es indiferencia ante toda realidad que no sea Dios mismo [2]. El Autor de C quiere subrayar que esa actitud no es insensibilidad del corazón, tener el «corazón seco», sino radicalidad y coherencia.

El traductor de C al inglés lo entendió bien, y explicitó el sentido al traducir «indiferencia» por «holy indifference» [3], santa indiferencia. Las traducciones italiana, gallega y catalana traducen «indiferencia» literalmente, sin ningún problema. En cambio el traductor portugués y el alemán desplazan de hecho el sentido del texto; entiendo que prefieren que se oculte el sentido espiritual de «indiferencia» –difícil para el lector actual– y traducen por una palabra «más asequible»: «o desprendimento», «Loslösung» [4]. Pero es claro que indiferencia y desprendimiento son cosas distintas. El «desprendimiento» se mueve principalmente en el horizonte de la virtud cristiana de la pobreza [5]. Tal vez pueda haber llevado a esta lectura del texto el tenor del punto siguiente, que es en realidad relativo a esta virtud.



[1] EjEsp, Meditación «Principio y fundamento», Vergara 5-IX-1938; guión nº 99.

[2] Vid p/139 y 669 y com/668 y 765. La palabra ya antes era muy característica de la ascética de San Ignacio de Loyola, que la sitúa en el «principio y fundamento» de los Ejercicios: «Por lo qual es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido» (Ejercicios, 23; BAC 86, 2ª ed, 1963, pg 199, con la nota bibliográfica allí incluida). La indiferencia en los Ejercicios es, principalmente, en orden a la «elección» en función del fin: «Segundo: es menester tener por obiecto el fin para que soy criado, que es para alabar a Dios nuestro Señor y salvar mi ánima; y con esto hallarme indiferente sin affección alguna dessordenada, de manera que no esté más inclinado ni affectado a tomar la cosa propuesta, que a dexarla, ni más a dexarla que a tomarla» (Ejercicios, 179; BAC 86, 2ª ed, 1963, pg 233).

[3] «Holy indifference is not coldness of the heart, as the heart of Jesus was not cold».

[4] «Loslösung bedeutet nicht Teilnahmslosigkeit. Jesus nahm Anteil». Como se ve, el traductor alemán se ve obligado a una «reinterpretación» del texto ante la dificultad de traducir el sintagma «corazón seco», que es el alma de este punto: «desprendimiento –viene a decir– no significa falta de interés. Jesús lo tuvo».

[5] Aunque no sólo: cabe también un desprendimiento de los propias ideas y de los propios juicios. Pero se reconduce al sentido profundo de la virtud de la pobreza. «No consiste la verdadera pobreza en no tener, sino en estar desprendido» (p/632).