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Capítulo
Punto 812
Proselitismo · Punto 812

 Me explico
que quieras tanto
a tu Patria y a los tuyos y que, a pesar de esas ataduras,
aguardes
con impaciencia
el momento de cruzar tierras y mares
—¡ir lejos!—
porque te desvela
el afán de mies.

Comentario

Dalí, Muchacha en la ventana

Texto escrito sobre una octavilla, exacta en la letra, tinta y ritmo caligráfico a la anterior. Es como una continuación de ella. Pienso que Álvaro del Portillo sigue siendo, en este punto, el interlocutor de San Josemaría, ya que cuando estaba junto con el Fundador en el refugio diplomático de la Legación de Honduras en Madrid estudiaba japonés, con vistas al posible comienzo del Opus Dei en aquellas tierras.

Meses después, cuando del Portillo estaba en la Academia de Ingenieros de Burgos, le escribía a José Ramón Herrero Fontana con el lenguaje discreto que se usaba en las cartas de guerra:

«A ver si Dios quiere que por fin nos podamos reunir y trabajar en paz juntos. Y después, a ampliar el 'negocio'. ¿Dónde iremos cada uno de nosotros a parar? Por más que no nos importa, pues ya sabemos, cualquiera que sea el camino, cuál es nuestro fin, dónde iremos todos» [1].

El espíritu apostólico cristiano, tal como se manifiesta en Camino siguiendo la tradición de la Iglesia, es siempre universal, católico, de raíz evangélica: «Vosotros sois la sal de la tierra.

Es como si San Josemaría les dijera, con palabras de San Juan Crisóstomo: ‘El mensaje que se os comunica no afecta sólo a vuestra propia vida, sino que habéis de transmitirlo al mundo entero: a toda la ‘ekoumene’. Porque no os envío a dos ciudades, ni a diez, ni a veinte; ni tan siquiera os envío a toda una nación, como en otro tiempo a los profetas, sino a la tierra y al mar, al mundo entero: a un mundo, por cierto, muy mal dispuesto’» [2].



[1] Carta de Álvaro del Portillo a José Ramón Herrero Fontana, Fuentes Blancas 21-XI-1938; AGP, sec B-1, leg 1, C-381121.

[2] San Juan Crisostomo, Homilías sobre San Mateo, 15, 6; BAC 141, 1955, pg 287.