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Capítulos de Camino
Escrúpulos

 

Escrúpulos

El contenido de este cap en Cec –el más breve aquí y en C– procede de Cem33. De allí tomó el Autor, al preparar la edición de Cuenca, las cd/ 306 y 307, que pasaron a constituir en Cec el cap más breve titulado así: «Escrúpulos». En Burgos agregó a continuación cinco octavillas, redactadas todas en la Legación de Honduras. Este pequeño conjunto se sitúa al final de la secuencia Oración – Mortificación y Penitencia - Examen – Propósitos: los escrúpulos son una prueba que Dios puede enviar al que le busca. El Autor la experimentó , y transmite al lector un criterio claro: «No es de Dios lo que roba la paz del alma».


258* Rechaza esos escrúpulos que te quitan la paz. —No es de Dios lo que roba la paz del alma.
Cuando Dios te visite sentirás la verdad de aquellos saludos: la paz os doy..., la paz os dejo..., la paz sea con vosotros...1, y esto, en medio de la tribulación.


Como ya hemos dicho, los dos puntos primeros del presente cap fueron transcritos en el Cuaderno VI, nº 942, el mismo día (9-III-1933) y consecutivamente, por el mismo orden que tienen en C. Ambos pasaron a las cuartillas a velógrafo y después a la edición de Cuenca. La redacción en el Cuaderno de este p/258 es literalmente la que se encuentra en Cem33, como se refleja en el apcrít.

Ambos puntos se escribieron dentro de una larga «sentada» dedicada casi del todo a transcribir en su Cuaderno futuros puntos de C: trece fueron ese día . Comenzó así:
«¡Qué difícil me resulta sacar tiempo para escribir mis catalinas! Escribo de noche, son las diez y media, porque, si lo dejo, no sé cuándo tendré ocasión de anotar lo que hay pendiente. Vide Ioann. 13, 35 y 36» .
Después de copiar los trece puntos, termina diciendo:
«Se hace tarde. Son las doce menos veinte y aún quedan cosas por anotar. Por hoy, la última catalina: ayer tiré al velógrafo una cuartilla, pidiendo oración y expiación, a fin de obtener luces del Señor» .
Y enumera cuatro intenciones que en esos días le preocupaban. La tal cuartilla a multicopista iría a manos de los más allegados...
«Cuando Dios te visite». Sentido autobiográfico, experiencia personal del Autor, que se refiere a la irrupción del Señor en el alma «dándole oración» (vid com/110) y la paz que el mundo no puede dar (cfr Jn 14, 27), incluso «en medio de la tribulación». Para el tema «las visitas del Señor», vid El Diálogo de Santa Catalina de Siena .


259* ¡Todavía los escrúpulos! —Habla con sencillez y claridad a tu Director.
Obedece... y no empequeñezcas el Corazón amorosísimo del Señor.


Este punto tiene su original en el Cuaderno VI, a continuación del p/258. Texto idéntico, en un único párrafo. Ambos puntos están en el Cuaderno, como en C, a modo de unidades autónomas. Con ellos, como dije en la Introd, construyó el minúsculo cap de Cec, cuyo mensaje es inequívoco y trasciende al ámbito de los «escrúpulos», que son concebidos por el Autor como una forma de «tribulación» de la que se sale por la «obediencia». La sinceridad personal y la fe en el Amor de Dios en Cristo son la base de esa «obediencia».

260* Tristeza, apabullamiento. No me extraña: es la nube de polvo que levantó tu caída. Pero, ¡basta!: ¿acaso el viento de la gracia no llevó lejos esa nube?
Después, tu tristeza —si no la rechazas— bien podría ser la envoltura de tu soberbia. —¿Es que te creías perfecto e impecable?


Comienzan ahora los puntos escritos en la Legación de Honduras, que fueron cinco. Vid Introd al cap. Son como momentos sintéticos de la meditación «Militia est vita...», predicada por el Autor en la Legación el día 21-VI-1937. Todos ellos tienen una estructura semejante, basada en el binomio «pecado / gracia» (la cursiva es mía):
la nube… tu caída / el viento de la gracia (p/260)
no pienses más en eso / volvió la vida a tu alma (p/261)
no pienses más en tu caída / Cristo te perdonó (p/262)
tu derrota de hoy / victoria definitiva (p/263)
caído así de hondo / te trajo de nuevo al Amor (p/264)

Este p/260 está escrito en la octavilla 21 de la serie Lhz y a mi parecer tiene como trasfondo el siguiente párrafo de la citada meditación:
«En esa pelea abundan victorias y derrotas. De estas últimas, ¡cuántas he sufrido, qué grandes y numerosas! ¡Cómo me avergüenzo de cada una! Pero no quiero que a esta vergüenza se mezcle el despecho o la tristeza. La tristeza de ser vencido es hija de la soberbia. La soberbia es la que nos hace formar un concepto elevado de nuestra excelencia y la que nos hace exclamar ante la derrota: ¡parece mentira que esto me suceda a mí! ¿Por qué ha de ser extraño que flaqueemos hasta en lo que parece más fácil y pequeño? Nunca sabremos suficientemente cuán enorme es nuestra miseria» .

En este texto de la Legación habla la humildad del Autor. Vid sobre el tema com/151. Ver también com/596.


261* Te prohíbo que pienses más en eso. —En cambio, bendice a Dios, que volvió la vida a tu alma.


Otra octavilla de la serie Lh. Este punto y el siguiente son dos variaciones sobre el mismo tema: la libertad del cristiano, que es una «libertad liberada» a pesar de sus miserias. En este p/261, el Autor habla, además, con la autoridad del director espiritual, que se dirige al penitente para que vea en el perdón sacramental el Amor de Dios con toda su fuerza transformadora. Era y es una praxis ascética habitual.



262* No pienses más en tu caída. —Ese pensamiento, además de losa que te cubre y abruma, será fácilmente ocasión de próximas tentaciones. —Cristo te perdonó: olvídate del hombre viejo1.


Sigue la serie Lh y la temática del punto anterior.
«El hombre viejo». Expresión de San Pablo: Rm 6, 6; Ef 4, 22; Col 3, 10. El fundamento de ese «olvido» que propone el Autor es claro: el «hombre viejo» ha sido crucificado con Cristo (Rm 6, 6). En la doctrina de San Pablo del hombre redimido en Cristo el binomio «hombre viejo – hombre nuevo» ocupa, como es sabido, un lugar preponderante. Aquél es «el que se corrompe siguiendo la seducción de las concupiscencias» (Ef 4, 22); éste es Cristo, del que debemos «revestirnos» (Ef 4, 23) para ser una «nueva creación» en Cristo (2 Co 5, 17). A lo largo del libro el Autor va a utilizar abundantemente la «antropología» paulina para presentar la «lucha» del cristiano en el seguimiento fiel de Jesucristo. Vid p/138 (sobre otro concepto paulino muy próximo al de «hombre viejo»: «cuerpo de muerte») y 207 con su com. Vid también com/195 y 507.


263* No te desalientes. —Te he visto luchar...: tu derrota de hoy es entrenamiento para la victoria definitiva.


Punto escrito sobre la octavilla 23 de la serie Lhz. Otro texto de la citada meditación:
«Hay, sin embargo, quien después de haber implorado la ayuda de Dios y puesto su coraje y sus fuerzas en el combate, es vencido una y otra vez. Algunos terminan, después de sucesivas derrotas, por desanimarse, y se sienten invadidos por el deseo de no afrontar la pelea. ¿Es que Dios no tiene calculado hasta el último grado de resistencia y fuerza de nuestros músculos? ¿Es que no nos conoce plenamente? Luchemos, pues, llenos de perseverancia y de confianza, sin desalentarnos por no poder desarraigar de nosotros tal defecto o acostumbrarnos a la práctica de tal virtud, sabiendo que Dios no permitirá que nuestras fuerzas se agoten sin lograr lo que sólo por su gloria emprendimos. ¿Acaso cuando estamos más desalentados, no vamos ya alcanzando la victoria? Si hemos respondido a la prueba, que quería contrastar nuestra paciencia o nuestra esperanza, y nos hemos esforzado lo que podíamos, el triunfo, sin duda, se acerca ya a nuestras manos» .

El pensamiento de este p/263 se proyecta en una carta que escribe desde Vitoria, mientras predica allí EjEsp:

«¡Animo! La victoria final es segura. Conque..., no te extrañe si yo me siento fuerte apoyándome en tu fortaleza.. Cúmpleme las Normas y “nunca te desalientes”»7b.


264* Te has portado bien..., aunque hayas caído así de hondo. —Te has portado bien, porque te humillaste, porque has rectificado, porque te has llenado de esperanza, y la esperanza te trajo de nuevo al Amor. —No pongas esa cara boba de pasmo: ¡te has portado bien! —Te alzaste del suelo: «surge», resonó de nuevo la voz poderosa, «et ambula!»1: ahora, ¡a trabajar!


Punto escrito sobre la octavilla 22 de la serie Lhz. En relación con este punto está también la meditación «Surge et ambula» de 21-V-1937:
«El Evangelio nos habla de aquel paralítico a quien, con atrevimiento, hijo de la santa desvergüenza, colocaron para su curación delante de Cristo. Las palabras de Jesús suenan dentro de nuestro corazón y lo llenan de aliento: tibi dico, surge (Lc 5, 24), a ti te digo, levántate. Después de la prueba, después de haber puesto los medios para salir de esa situación, surge et ambula! (ibid.), ¡levántate y anda! Y los caminos se abren, cuando el horizonte parecía más cerrado. Tibi dico, surge! Nos lo dice ya a nosotros; ¿no te vamos a creer? Sí, Dios nuestro, creemos y esperamos en Ti, queremos poner los medios para obtener de tu mano la curación. Sabemos que la recompensa de nuestra fe y de nuestra esperanza serán tus palabras de vida, palabras que devuelven la alegría y la luz: surge et ambula! La respuesta de Cristo es cierta, indefectible; pero, para obtenerla, creamos y esperemos en El y amémosle, con un amor fuerte que haga verdadera en nosotros nuestra afirmación de siempre: non est amor, nisi Amor» .

Una síntesis de este punto, en un guión de predicación de agosto de 1938:
«Si caí, ... humildad: surge et ambula!» .
«La esperanza te trajo de nuevo al Amor». Parece que el Autor describe el proceso de la recuperación del alma: humildad, rectificación, fuerte esperanza, que arrastra al sujeto hacia el Amor, alcanzándole: «te trajo de nuevo al Amor» .
«Non est amor, nisi Amor». Expresión muy habitual del Autor que, en su traducción castellana, constituye el p/417 de C.

 

 

Cap 10 10 [Msb: 8]. Escrúpulos, p/258-264 [2 de Cec + 5 de Msb] C || 8. Escrúpulos, cd/107-108 Cec
Concretamente en 1937, durante el refugio en la Legación de Honduras, y antes, en 1933: «No me faltan sufrimientos. Ingratitudes, que me hacen ver, a lo vivo, cómo he sido yo con mi Dios. […] Y, para que nada falte, escrúpulos... que me han hecho y me hacen sufrir estos días, y que yo quitaría en seguida de otras almas, y no sé quitar de la mía. Fiat, adimpleatur» (Cuaderno VI, nº 1040, 26-VII-1933).
258 Apínt Cem33/306 Cec/27.1-Ceb/107 ||| escrúpulos] escrúpulos, Apínt Cec Txm || visite sentirás] visita, sentirás Cec | visite, sentirás Apínt Cem || vosotros..., Txm C] vosotros...; Cec | vosotros: Apínt Cem || y esto,] y esto Apínt |||| 1 cfr Lc 24, 36; Jn 14, 27; 20, 19.21.26
Son: 922, 522, 738, 258, 259, 941a, 949, 265, 80, 79, 189, 559, 90.
Apínt, nº 941.
Apínt, nº 945.
«Mi visita al alma es de diversos modos: unas veces con una luz especial para el conocimiento de sí misma; otras, por la generosidad de mi bondad, hasta con contrición de sus pecados; otras poniéndole dentro de su espíritu la presencia de mi Verdad, de modos diversos según me place y el deseo que han tenido» (El Diálogo, cap 66; BAC 415, 3ª ed, 1996, pg 170).
259 Apínt Cem33/307 Cec/27.2-Ceb/108
260 Msb ||| polvo] polvo, Msb Txm
PredicHond, «Militia est vita», 21-VI-1937, pg 119; XIX.
261 Msb
262 Msb |||| 1 cfr Rm 6, 6
263 Msb ||| entrenamiento] entrenamiento, Msb Txm
Ibidem.
7b Carta de Josemaría Escrivá a Miguel Sotomayor, Vitoria 22-VIII-1938; EF 380822-1.
264 Msb |||| 1 Mt 9, 5
PredicHond, «Surge et ambula», 21-V-1937, Viernes de las Témporas de Pentecostés, pgs 90-91; XIII.
Meditación «Santa Pureza», agosto 1938; guión nº 126.
Las traducciones inglesa y gallega pierden matices: «and that hope brought you back again to his Love»; «a esperanza tróuxote de novo o Amor». La alemana es exacta: «und die Hoffnung zog dich wieder zur Liebe hin».