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Capítulos de Camino
La Virgen

 

La Virgen

Con el cap sobre la Virgen finaliza la «Parte Primera» de C. También puede considerarse que con él se inicia la «Segunda Parte». En efecto, situado delante del cap «La Iglesia», abre la «Parte Segunda» del libro, en la que se contempla el vivir cristiano como un caminar en la Iglesia y en su tradición sacramental y espiritual. Pero, colocado después del cap «Los medios» –el Crucifijo y el Evangelio (p/470)–, el cap 21 cierra la «Parte Primera»: María es el camino corto por el que se va y se «vuelve» a Jesús (p/495), el resello de toda empresa de apostolado (cfr p/505).

En última instancia, lo que me ha llevado a inclinarme por esta segunda posición es el estilo del Autor, que gustaba acabar siempre su predicación hablando de la Virgen-Madre. Vid IntrodGen § 11, 3 a.
Desde el punto de vista redaccional, es un cap de composición muy similar al anterior. El Autor transcribe primero y por su orden los siete puntos que integraban el cap en Cec y sigue a continuación con otros dieciocho de nueva redacción. Los nuevos textos, manteniendo el primado de la consideración maternal de María, subrayan a la vez, con fuerza, el carácter ejemplar de su vida: «una más entre las mujeres de su pueblo» (p/499) y a la vez «maestra del sacrificio escondido y silencioso» (p/509). En todo caso, el «camino» que propone el Autor es esencialmente mariano .

El cap sobre la Virgen guarda, como he dicho, estrecha relación con el siguiente, sobre la Iglesia. María –y luego, también la Iglesia– aparece a los ojos de Josemaría Escrivá, ante todo, como Virgen y Madre. La maternidad mariana y la maternidad eclesial vienen propuestas por el Autor una a continuación de la otra. María, la Madre del Redentor, es «nuestra Madre» (p/492): «una Madre con dos hijos, frente a frente: Él... y tú» (p/506). María ejerce en C su maternidad como intercesora ante el Hijo, como camino corto que lleva y une a Jesús: «¡Madre! –Llámala fuerte, fuerte» (p/516).

492* El amor a nuestra Madre será soplo que encienda en lumbre viva las brasas de virtudes que están ocultas en el rescoldo de tu tibieza.


Texto del Cuaderno VII, nº 1085, fechado en 14-XII-1933, en pleno clima de Adviento y reciente la fiesta de la Inmaculada Concepción de María . El texto apareció por vez primera en el impreso de Cuenca. El tenor literal del texto es idéntico al de C.

Es significativa la colocación de este punto al comienzo del cap, ya desde la edición de Cuenca. El Autor, con brevísimas palabras, sitúa al lector en un plano existencial, lleno de realismo –miseria («tu tibieza»: vid cap 14) y dones divinos («las brasas de virtudes»)–, que se llena de luz y de fuego si hay una mirada de amor a «nuestra Madre». La fuerza intercesora de María, en cuanto madre de Dios y madre nuestra, es el trasfondo teológico de esta doctrina. En este sentido es elocuente este pasaje de una carta escrita desde Vergara, durante los EjEsp que allí predicaba al clero de la diócesis de Vitoria:

«De estos santos Sacerdotes (son 55), muy contento: es una tanda fervorosa: mi Madre Santa María -es un hecho objetivo- me mueve, para que les mueva. ¡Qué... ¡Madre! es la Señora! Decidle algo de mí, en el Pilar: besadlo, de mi parte. A veces, en las pobres almas atribuladas, parece que es lo único recio -ese Amor a la Virgen- que queda en pie. ¡Qué buena es!»2b.


493* Ama a la Señora. Y Ella te obtendrá gracia abundante para vencer en esta lucha cotidiana. —Y no servirán de nada al maldito esas cosas perversas, que suben y suben, hirviendo dentro de ti, hasta querer anegar con su podredumbre bienoliente los grandes ideales, los mandatos sublimes que Cristo mismo ha puesto en tu corazón. —«Serviam!»


Texto del Cuaderno IV, nº 226, fechado en 13-VIII-1931.
«Mi Virgen de los Besos : terminaré comiéndomela. Lo he dicho otras veces: estoy segurísimo de que amo a la Señora. Y Ella lo sabe. Y no consentirá que su borrico –yo– sarnoso y todo, ofenda a Jesús . Y me obtendrá gracia abundante para vencer, en esta lucha cotidiana. Y no servirán de nada al Maldito esas cosas perversas, que suben y suben, hirviendo dentro de mí, hasta querer anegar con su podredumbre bienoliente los grandes ideales, los mandatos sublimes que Cristo mismo ha puesto en mi Corazón. Serviam!».

Un punto que testifica la lucha personal del Autor y su amor grande a la vocación recibida: los «mandatos sublimes» de Cristo.
«Ama a la Señora». Es una apelación generalizada en lengua castellana –y en casi todas las lenguas– llamar a la Virgen «Nuestra Señora» (denominación que usa también el Autor: vid p/272). También lo es utilizar la expresión «Señora» como invocación: «Ea, pues, Señora, Abogada nuestra» dice, por ej, la versión clásica española del Salve Regina. Lo que se da en el Autor, además, es el uso frecuente de la expresión «la Señora» como denominación de la Santísima Virgen: vid –en este cap mariano– los p/493, 501, 503, 505, 511, 513 y 514 .

«Serviam!». La mariología de todo el cap contempla a la Madre de Dios como ancilla Dei, que sirve al Señor y señala el servicio –Serviam!– de los cristianos, contrapuesto al Non serviam! de Satanás (vid p/413) y que tiene un lugar privilegiado en el servicio a la Iglesia de Dios (vid p/519).


494* Sé de María y serás nuestro.


Texto del Cuaderno VI, nº 825, precedido del futuro p/225, fechados ambos en 17-IX-1932. Dice así:
«–¡A cuántos jóvenes les gritaría yo al oído: Sé de María... y serás nuestro!» .
En un coloquio con mujeres en Madrid el año 1972 preguntaron a Mons. Escrivá de Balaguer acerca de este punto de C: «Padre, ¿qué quiere decir usted cuando afirma en Camino: sé de María y serás nuestro?».
«Sí. Quiero decir lo que tú entiendes perfectamente. […] De una parte, que si no hay devoción a María no se puede hacer nada: las almas están como si no tuvieran fundamento para la vida espiritual; de otra, que cuando hay una devoción filial a la Santísima Virgen se encuentran las almas en buena disposición para servir a Nuestro Señor en el estado que sea: solteras, casadas, viudas y los sacerdotes como sacerdotes» .

En 1975, en otro coloquio semejante, también con mujeres, esta vez en Caracas, surgió la misma pregunta. He aquí la respuesta:
«¿Tú crees que algo que pertenezca a la Madre de Dios puede ser malo? Lo que es de María enseguida se mejora, se hace estupendo, se santifica, se deifica...
Te voy a contar un secreto que no lo sabe casi nadie. Las demás no se enteran. Yo unas veces firmo Josemaría, todo junto –¿por qué voy a separar a José de María?–, y otras veces, firmo Mariano, porque es mi nombre de Bautismo y de Confirmación –me llamo José María Julián Mariano–; además, me gusta firmar así, porque mariano significa lo que es de María. ¿Ves cómo nos entendemos?» .


495* A Jesús siempre se va y se «vuelve» por María.


Texto del Cuaderno VI, nº 824, fechado en 13-IX-1932 . El tenor literal del texto es idéntico al de C. La idea de ir y «volver» por María es una dimensión mariana de la vida muy hondamente metida en el alma del Autor, que, como acabamos de ver, firmaba: «Mariano». El camino de «ida», como sabemos, lo describía en contexto eclesiológico con esta fórmula:
«Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam» .
El camino de «vuelta». Ante el hundimiento del pecado (o de la tibieza: vid p/492) el amor a la Virgen es una garantía «dinámica» de la más completa regeneración. Ella, que es Madre, tiene la acogida de una madre... Álvaro del Portillo ha contado cómo, en su juventud, le preguntó al Autor –todavía no estaba publicado C, sino Cec– acerca del sentido de este «volver»:
«Entonces pregunté yo al Padre: Padre, ¿por qué ha puesto esto? Que se va por María, ya lo entiendo, pero que se vuelve.... Y me dijo: hijo mío, si alguno tiene la desgracia de separarse de Dios por el pecado, o está a punto de separarse porque le va entrando la tibieza y la desgana, entonces acude a la Santísima Virgen y encuentra otra vez la fuerza; la fuerza para ir al confesonario, si hace falta, para ir a la Confidencia y abrir bien la conciencia con gran sinceridad –sin que haya recovecos en el alma, sin que haya secretos a medias con el diablo– y por María, se va a Jesús» .

Posiblemente la anotación del Cuaderno es la elaboración de una reacción suya ante el Decenario al Espíritu Santo. Había leído:
«...así cuando pecamos y le ofendemos, como cuando le damos gusto y contento en todo, ¿qué es lo que quiere Dios que hagamos? Siempre ir a El con la misma confianza».
Josemaría Escrivá subrayó esa última frase, y continuó el subrayado para prolongarlo hasta la anotación que escribió al margen:
«Ir y volver a El por María» .
Sin duda, echaba de menos en este pasaje la dimensión mariológica de esa confianza. La anotación del Decenario funcionó a manera de «cuartilla» para el texto del Cuaderno y en última instancia para el punto de C.
La «ida» y la «vuelta» a Jesús por María había sido descrita por el Autor, sintéticamente, en estas palabras, que son anteriores al punto de C que comentamos:
«El principio del camino, que tiene por final la completa locura por Jesús, es un confiado amor hacia María Santísima» .


496* ¡Cómo gusta a los hombres que les recuerden su parentesco con personajes de la literatura, de la política, de la milicia, de la Iglesia!...
—Canta ante la Virgen Inmaculada, recordándole:
Dios te salve, María, hija de Dios Padre: Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo: Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo... ¡Más que tú, sólo Dios!


Texto del Cuaderno VII, nº 1084, fechado en 14-XII-1933. El mismo día transcribió el p/492, que encabeza el cap . El tenor literal del texto es idéntico al de C.


Esta manera de invocación a María en contexto trinitario –con diferentes versiones– es muy frecuente en España en el rezo del Santo Rosario, precediendo a la Letanía Lauretana . La última frase pertenece a un cántico popular a la Virgen titulado «Eres más pura...» . Sin embargo, San Josemaría mantuvo en su piedad personal la fusión de ambas piezas en una única invocación durante toda su vida. En 1955 hizo poner en el oratorio de San Gabriel, en la sede prelaticia del Opus Dei en Roma, una inscripción (frente al retablo que representa la escena de la Anunciación) que dice:

«Dios te salve María hija de Dios Padre + Dios te salve María Madre de Dios Hijo + Dios te salve María Esposa de Dios Espíritu Santo + Dios te salve María Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad + Dios te salve María concebida sin mancha de pecado original desde el primer instante de tu ser virginal + Amén + Más que tú sólo Dios» .


497* Di: Madre mía —tuya, porque eres suyo por muchos títulos—, que tu amor me ate a la Cruz de tu Hijo: que no me falte la Fe, ni la valentía, ni la audacia, para cumplir la voluntad de nuestro Jesús.


Texto procedente de sus notas del retiro espiritual de 1933 (Madrid, junio):
«Madre mía –mía, porque yo soy tuyo por muchos títulos– que tu amor me ate a la Cruz de tu Hijo: que no me falte la fe, ni la valentía, ni la desvergüenza, ni la audacia, para cumplir la Voluntad de nuestro Jesús» .
Ya antes, en los EjEsp de Segovia del año anterior (Apínt, nº 1668), le salió una exclamación parecida, dirigida a Dios Padre (vid com/576):
«¡Oh, Padre mío, que no me falte la Fe! También, con infame lucidez, se presentan dudas brutales, pero ¡soy hijo de la Iglesia!» .


Probablemente en el original para la imprenta de la edición de Cuenca figuraba el texto literal de la anotación de su retiro: por tanto con la «desvergüenza», que debió caer ante los censores del Obispado. Vid apcrít e IntrodGen § 3, 5, c. Lo hago constar porque, de ser así, al Autor se le habría olvidado modificar este punto cuando «recuperó» para el texto de C la «desvergüenza» perdida en Cuenca. Tal vez por estar muy alejado del cap «El plano de tu santidad», que es donde la expresión aparece con frecuencia.

Por lo demás, el ir y el volver a Jesús, tan central en este cap, se concreta aquí, en diálogo con María, en ese «cumplir la voluntad de nuestro Jesús».
Nótese la transformación literaria del texto que hace el Autor para que, lo que es originariamente oración suya personal, pase a ser, a la letra, oración propia –también personal– del lector: el texto entre guiones se convierte en un diálogo con el lector en el seno del diálogo del lector con la Santísima Virgen.


498* Todos los pecados de tu vida parece como si se pusieran de pie. —No desconfíes. —Por el contrario, llama a tu Madre Santa María, con fe y abandono de niño. Ella traerá el sosiego a tu alma.


Texto del Cuaderno VII, nº 1094, fechado en 30-XII-1933. Ese mismo día transcribió otros seis futuros puntos de C . El tenor literal del texto es idéntico al de C.
Muchos años después rememoraba este punto de C en las palabras finales de una meditación predicada en Roma. San Josemaría imploraba, «por intercesión de Santa María, que es la pureza inmaculada», «la gracia de vivir esa afirmación gozosa de la virtud cristiana de la castidad»:
«Acudimos a Ella –tota pulchra!–, con un consejo que yo daba, ya hace muchos años, a los que se sentían intranquilos en su lucha diaria para ser humildes, limpios, sinceros, alegres, generosos. Todos los pecados de tu vida parece como si se pusieran de pie. No desconfíes. Por el contrario, llama a tu Madre Santa María, con fe y abandono de niño. Ella traerá el sosiego a tu alma» .


499* María Santísima, Madre de Dios, pasa inadvertida, como una más entre las mujeres de su pueblo.
—Aprende de Ella a vivir con «naturalidad».


Terminan los puntos procedentes del impreso de Cuenca, entre los que predominan, como hemos visto, los dedicados a María como «camino» y fuerza intercesora. Comienzan ahora los de Burgos, con éste en el que María aparece como «modelo». Texto escrito sobre una octavilla Re, a finales de 1938. De nuevo tenemos como fuente la predicación del Autor en la época de Burgos:
«María, ¿qué hace? Oculta. Sabe y calla. No es sacerdotisa... Discreción, humildad; Maestra del Sacrificio escondido y silencioso» .


El Autor adelanta aquí, con ocasión de contemplar a la Santísima Virgen, la temática del cap 30: «Discreción». La Virgen María es el modelo de la discreción del cristiano, que «no es misterio, ni secreteo», sino «sencillamente, naturalidad» (p/641).


500* Lleva sobre tu pecho el santo escapulario del Carmen. —Pocas devociones —hay muchas y muy buenas devociones marianas— tienen tanto arraigo entre los fieles, y tantas bendiciones de los Pontífices. —Además ¡es tan maternal ese privilegio sabatino!


Texto escrito sobre una octavilla Re. En la hoja mensual «Noticias», que se enviaba desde Burgos a los alumnos de la Academia DYA y amigos, dispersos por la guerra, se lee en el ejemplar de septiembre de 1938:
«Os recomendamos que llevéis siempre el Escapulario del Carmen. Si los pedís, os enviaremos escapularios con la frecuencia que deseéis».
Y en el de noviembre de 1938:
«Pedid escapularios de la Ssma. Virgen del Carmen: os los enviaremos a vuelta de correo. No dejéis de llevar sobre vuestro pecho esa señal de hijos predilectos de Santa María» .

Josemaría Escrivá era terciario carmelita desde el 2 de octubre de 1932. Interesantes las razones que da unos días antes:
«Dos cosas (además del Amor) me mueven a hacerme terciario carmelita: ‘obligar’ más a mi Madre Inmaculada, ahora que me veo más débil que nunca; y proporcionar sufragios a ‘mis buenas amigas las Animas benditas del Purgatorio’» .
En febrero de 1933 había escrito en sus notas, refiriéndose a los fieles del Opus Dei:
«Quiero que todos –ellos y ellas– lleven el Santo Escapulario del Carmen» .
Ahora propone a todos esta devoción mariana .

501* Cuando te preguntaron qué imagen de la Señora te daba más devoción, y contestaste —como quien lo tiene bien experimentado— que todas, comprendí que eras un buen hijo: por eso te parecen bien —me enamoran, dijiste— todos los retratos de tu Madre.


Texto escrito sobre una octavilla Re. No hay interrelación documental conocida. No sabemos, pues, si la «gaitica» es una nota de la vida espiritual del Autor, puesta en forma de diálogo, o procede de una conversación con otra persona. Lo que es cosa conocida es la devoción que tenía a todas las advocaciones marianas y su continuo peregrinar a los santuarios de la Virgen. He aquí un trozo de un antiguo guión de predicación:
«María es camino. Ad Iesum per Mariam […] Así se explican las advocaciones: Carmen, Rosario, Dolores, Asunción, Concepción. No hay risco ni loma en nuestra tierra sin la nota blanca de una ermita... Grandes santuarios: Pilar, Covadonga, Aránzazu, Montserrat, Desamparados, Guadalupe, Begoña, Reyes, Puy.... ¿Qué madre no ha ofrecido sus hijos a la Señora, a la Señora del Dulce Nombre, Madre del Amor Hermoso, Virgen de los Remedios, Janua, Stella, Salud de los enfermos, Consuelo... Auxilio...Refugio?... Y ¡cómo la queremos!» .


502* María, Maestra de oración. —Mira cómo pide a su Hijo, en Caná1. Y cómo insiste, sin desanimarse, con perseverancia. —Y cómo logra.
—Aprende.


Texto escrito sobre una octavilla Re. Después de la Virgen-Madre, ahora continúa el tema de la Virgen-modelo para el cristiano. ¿Fue recordatorio para la redacción este escueto apunte de una plática?:
«María, Maestra de oración» .
En Honduras, Josemaría Escrivá predicó una meditación sobre las bodas de Caná. De ella es este texto:
«Et erat Mater Iesu ibi (Jn 2, 1). En esas bodas se hallaba presente la Madre de Jesús. […] ¡Y cómo se reafirma nuestra confianza en ti, al contemplar tu conducta

en esta ocasión! ¿Quién te llamó Omnipotencia suplicante? Es poco, para lo que tu intercesión logra. En realidad, no es suplicante, porque tú misma eres la que ordenas, conociendo que tu Hijo está siempre dispuesto a atender todos tus deseos» .
«—Aprende». Esta lacónica forma de acabar un punto es frecuente en la aforística del Autor. Vid p/502, 841 y 887; Surco, 371 y 758; Forja, 854.


503* Soledad de María. ¡Sola! —Llora, en desamparo.
—Tú y yo debemos acompañar a la Señora, y llorar también: porque a Jesús le cosieron al madero, con clavos, nuestras miserias.


Texto escrito sobre una octavilla Re. El Autor tenía previamente este apunte en sus guiones de predicación en Vergara:
«¡Sola! –Llora, en desamparo. Considera las causas de la muerte de su hijo: mis miserias» .
«Le cosieron al madero, con clavos». La idea está clara en el guión, pero la expresión parece que brota del alma del Autor al redactar la octavilla –no la he encontrado antes en sus escritos– y se queda ahí para siempre en su contemplación de la Cruz30b.


504* La Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso1, aquietará tu corazón, cuando te haga sentir que es de carne, si acudes a Ella con confianza.


Texto escrito sobre una octavilla Bl. El punto tiene el mismo ritmo interior que los p/493 y 498 («te obtendrá gracia», «traerá el sosiego», «aquietará tu corazón»), ahora bajo la clave «Madre del Amor Hermoso»:
«Si caí, ... humildad: surge et ambula! María, Reina, Madre del Amor Hermoso» .

Aquel mes de mayo del 38 escribió muchas cartas hablando de la Virgen bajo esta advocación. He aquí algunas:
«Pienso que, en este mes de mayo, todos los de nuestra familia obsequian cada día especialísimamente a nuestra Señora: A mí, me encanta llamarla Madre del Amor Hermoso.» .
«En este mes de mayo, espero que aumentes la devoción y el cariño a nuestra Madre del Amor Hermoso. Mi bendición. Hasta luego. Mariano» .
«Desde los brazos de nuestra Madre del Pilar, te bendice «Mariano». Mes de Mayo: Mes de la Virgen del Amor Hermoso» .
«Jesús te me guarde, Enrique. ¿Y si coincidiéramos en Zaragoza? Yo voy a ir a Albarracín, y no tendría nada de particular. Si no, y de todas formas, vamos a coincidir, cada día de este mes de mayo, en los brazos de nuestra Madre, la Reina del Amor Hermoso. Allí te espero» .
La advocación de María como «Madre del Amor Hermoso» se basa en la acomodación litúrgica a la Santísima Virgen del cap 24 –el elogio de la Sabiduría– del Libro del Eclesiástico . La expresión se encuentra en Si 24, 18 [24] («Yo soy la madre del amor hermoso, y del temor y del conocimiento y de la santa esperanza»).


505* El amor a la Señora es prueba de buen espíritu, en las obras y en las personas singulares.
—Desconfía de la empresa que no tenga esa señal.


Texto sobre una octavilla Bl, trazo fuerte, escrito probablemente desde el guión 116, en el que se lee:
«Amor a la Señora: prueba de buen espíritu, en las obras y en las personas singulares: se vestía con lujo porque era el santo de su Madre» .

506* La Virgen Dolorosa. Cuando la contemples, ve su Corazón: es una Madre con dos hijos, frente a frente1: Él... y tú.


La «gaitica» está escrita sobre una media cuartilla Drv, en cuyo dorso se ve un membrete: «Jefatura de Movilización» y el inicio de una carta: «Burgos,». Uno de tantos papeles desechados que traía Francisco Botella. El texto tiene una base en el mismo guión que el anterior:
«Caridad y amor, doliéndose de los pecados..., pidiendo por los pecadores...: una Madre con dos hijos, frente a frente (El... y yo)» .

El Autor va ofreciendo (p/497, 503, 506-508) una meditación de la Pasión del Señor hecha desde María y con María. En la 4ª Estación del Via Crucis escribirá: «En la oscura soledad de la Pasión, Nuestra Señora ofrece a su Hijo un bálsamo de ternura, de unión, de fidelidad».


507* ¡Qué humildad, la de mi Madre Santa María! —No la veréis entre las palmas de Jerusalén1, ni —fuera de las primicias de Caná2— a la hora de los grandes milagros.
—Pero no huye del desprecio del Gólgota: allí está, «juxta crucem Jesu» —junto a la cruz de Jesús, su Madre3.


La «gaitica» está escrita sobre otra media cuartilla Drv, con dorso en el que se lee, a velógrafo, una fecha: «noviembre de 1938». El texto tiene la misma base redaccional que los dos anteriores:
«Profundísima humildad de la Virgen fuerte (ni entre las palmas de Jerusalén, ni a la hora de los grandes milagros...) –sí, en Caná: para que por sus manos pasaran las primicias... –pero ahora no huye del desprecio: recordar las turbas revolucionarias y su odio al Señor (ojos, corazón, aras...)» .


508* Admira la reciedumbre de Santa María: al pie de la Cruz1, con el mayor dolor humano —no hay dolor como su dolor2—, llena de fortaleza.
—Y pídele de esa reciedumbre, para que sepas también estar junto a la Cruz.


Texto escrito sobre una octavilla Jef. El Autor continúa haciendo «gaiticas» a partir de este guión. Ahora el apunte dice:
«¡Fortaleza de María!, ante dolores y enemigos. […] ¡María! Maestra de fortaleza. Pedírsela para nuestra alma» .
Casi simultánea a la confección de este punto de C es este pasaje de una de sus cartas:
«¡La oración! No dejarla por nada. Mira que no tenemos otra arma. Pídele a la Señora que te dé su fortaleza: que toda será menester, si has de cumplir la Voluntad de su Hijo. Acostúmbrate a rezarle, cada día, siquiera una vez, esta jaculatoria: Sancta Maria, Spes nostra, Ancilla Domini, ora pro nobis!» .
El Autor responde en C, respecto a Nuestra Señora, a la pregunta de Lm 1, 12: «videte si est dolor sicut dolor meus».


509* ¡María, Maestra del sacrificio escondido y silencioso!
—Vedla, casi siempre oculta, colaborar con el Hijo: sabe y calla.


Texto escrito sobre una octavilla Jef. Ahora el texto base es el mismo pasaje del guión 110 del que procede también el p/499. Vid también com al citado punto.
«Sacrificio escondido y silencioso». Expresión muy característica de Josemaría Escrivá, que señala el horizonte de la santidad del cristiano en medio de las circunstancias ordinarias de la vida en el mundo41b. La frase apareció ya en p/185 (vid com) y tiene interna relación con la doctrina del cap 30, «Discreción».


510* ¿Veis con qué sencillez? —«Ecce ancilla!...»1 —Y el Verbo se hizo carne2.
—Así obraron los santos: sin espectáculo. Si lo hubo, fue a pesar de ellos.


Texto escrito también sobre una octavilla Jef, lo mismo que las dos siguientes «gaiticas». Los tres puntos parecen redactados a partir del guión 90:
«Ecce ancilla! Sin espectáculo; sencillez: cómo obraron y obran los santos. Espectáculo, a pesar de ellos» .


511* «Ne timeas, Maria!» —¡No temas, María!...1 —Se turbó la Señora ante el Arcángel.
—¡Para que yo quiera echar por la borda esos detalles de modestia, que son salvaguarda de mi pureza!


Octavilla Jef. Vid com/510.
«Quae cum audisset, turbata est in sermone ejus... Buena señal sobrenatural: pureza. –Et ait Angelus ei: Ne timeas, Maria (Luc I, 29-31)» .
A propósito de la modestia vid com/128.


512* ¡Oh Madre, Madre!: con esa palabra tuya —«fiat»1— nos has hecho hermanos de Dios y herederos de su gloria2. —¡Bendita seas!3


Octavilla Jef. Tercera procedente del guión 90. Vid com/510:
«Fiat mihi... Secreto de la felicidad. Et Verbum caro factum est! Coloquio con la Virgen Madre: herederos del Cielo; y con la herencia mejorada» .
«Hermanos de Dios». Meditando el misterio de Cristo en María, el Autor pasa de nuestra condición de hijos de Dios-Padre a la de hermanos de Dios-Hijo. El trasfondo meditativo es Rm 8, 16-17.

513* Antes, solo, no podías... —Ahora, has acudido a la Señora, y, con Ella, ¡qué fácil!


Texto escrito sobre una octavilla con dorso en blanco perteneciente a la serie Lh, con posible redacción en Honduras. Lo mismo debe decirse de las tres siguientes «gaiticas». Este p/513 no tiene interrelación documental conocida. Los cuatro puntos parecen especialmente autobiográficos en el contexto de Honduras.


514* Confía. —Vuelve. —Invoca a la Señora y serás fiel.


Octavilla Lh. Vid com/513. La propuesta del Autor conecta con el ir y volver por María del p/495. En la predicación de Honduras el tema es explícito:
«Madre nuestra, te damos gracias por tu intercesión por nosotros delante de Jesús; sin ti, no hubiéramos podido ir a El. ¡Qué verdad es que a Jesús siempre se va y se vuelve por María!» .


515* ¿Que por momentos te faltan las fuerzas? —¿Por qué no se lo dices a tu Madre: «consolatrix afflictorum, auxilium christianorum..., Spes nostra, Regina apostolorum»?


Octavilla de la serie Lh. Vid com/513. En el guión 116 se encuentra este texto, muy próximo:
«Regina Apostolorum! Mater! Spes!... Refugium! Consolatrix! ¡Danos el verdadero amor a Jesucristo!» .
Como vemos, el clamor a la Virgen María pidiéndole «fuerzas» se sirve en este punto de C de invocaciones tomadas de la Letanía Lauretana. El Autor no traduce el latín. Cuando escribe C lo corriente en España era recitar en esa lengua la Letanía después del Rosario.


516* ¡Madre! —Llámala fuerte, fuerte. —Te escucha, te ve en peligro quizá, y te brinda, tu Madre Santa María, con la gracia de su Hijo, el consuelo de su regazo, la ternura de sus caricias: y te encontrarás reconfortado para la nueva lucha.


Esta octavilla, la última del cap, es la 12 de la serie Lhz. En la predicación de Honduras puede leerse:
«¡Madre nuestra! ¡Madre! Sólo este grito purifica el alma. Llamarte así es agua lustral que lava, fuego sagrado que consume todo lo que mancha nuestros labios y nuestro corazón» .
El punto, más rico que el texto de Honduras, es como una síntesis de toda la piedad y doctrina mariana contenida en este cap.
«La ternura de sus caricias». Vid com/22 nt 85 y com/859.

 

 

Cap 21 21 [Msb: 15]. La Virgen, 492-516 [7 de Cec + 18 de Msb] C || 15. La Virgen, cd/216-222 Cec
Vid José María ESCARTÍN, «Devoción y amor a María en ‘Camino’», en Estudios sobre ‘Camino’, 1988, pgs 319-337; Antonio OROZCO, «Aprender en ‘Camino’ el amor a la Virgen», ibidem, pgs 338-357; Federico DELCLAUX, Santa María en los escritos del beato Josemaría Escrivá de Balaguer, Rialp, Madrid 1993.
492 Apínt Cec/52.1-Ceb/216 ||| ocultas] ocultas, Txm
Ese mismo día transcribió otros siete futuros puntos de C: p/496, 492, 640, 643, 819, 404, 405, 899.
2b Carta de Josemaría Escrivá a sus hijos de Zaragoza, Vergara 7-IX-1938; EF 380907-3.
493 Apínt Cem32/34 Cec/52.2-Ceb/217 ||| cotidiana] cuotidiana Cec
Vid sobre esta talla de la Virgen com/22 nt 85.
Para el tema del «borrico» vid p/420, 606 y 998 con sus com.
La expresión es tan característica y, por otra parte, tan vinculada a la expresión en lengua castellana, que los traductores han seguido distintos caminos. Las ediciones inglesas dicen «Our Lady», y las francesas «Notre Dame». Los traductores alemán y portugués (Brasil) varían según los contextos, pero retienen en algunos puntos «la Señora» («die Herrin»: 493, 511, 513 y 514; «a Senhora»: 493, 505, 511 y 513). Y por supuesto, el que no tiene dificultad es el italiano: «la Madonna». Pero hay que tener presente que «la Madonna» es en italiano nombre casi exclusivo para la Virgen, lo que no es «la Señora» en castellano. Sobre el tema en la lengua castellana vid Laurentino Mª HERRÁN, Mariología poética española, BAC Maior 34, Madrid 1988.
494 Apínt Cem32/35 Cec/52.3-Ceb/218 ||| nuestro] «nuestro» Apínt Cem Cec
Como se ve, la cursiva del original no pasó a C. Vid sobre el tema, IntrodGen § 3, 5 a y § 5, 2, c.
Notas de una tertulia, Madrid 23-X-1972; AGP, sec A, leg 51.
Notas de una tertulia, Caracas 8-II-1975; AGP, sec A, leg 51: «Padre, ¿por qué dice en Camino: ‘sé de María y serás nuestro’?».
495 Apínt Cem32/36 Cec/52.4-Ceb/219
Futuros puntos de C transcritos ese día: 429, 599, 495.
Vid com/11, 247 y 833.
Notas de un coloquio con Álvaro del Portillo, Madrid 4-IX-1977; la cursiva es del original.
Glosas marginales al Decenario 1932, pg 105; Patmos 35, pg 115; Logos 52, pg 164.
Santo Rosario, prólogo (el original es de diciembre de 1931; la cursiva es del original). —San Josemaría, muchos años más tarde, publicó una homilía en la que trata detenidamente el tema de este punto y que lleva como título: «Por María, hacia Jesús», incluida en Es Cristo que pasa, 139-149. Es de fecha 4-V-1957. El tema «a Jesús por María» tiene un momento fuerte en la historia de la espiritualidad en la obra de San Luis María Grignion de Monfort. Vid sobre todo su libro Traité de la vraie dévotion à la Sainte Vierge, Paris 1842 (Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, Madrid, Apostolado de la Prensa, 1926).
496 Apínt Cec/52.5-Ceb/220 ||| hija] Hija Cec
Transcribió ese día ocho puntos: 496, 492, 640, 643, 819, 404, 405, 899.
La forma recibida dice así: «Dios te salve, hija de Dios Padre: Dios te salve, Madre de Dios Hijo: Dios te salve, Esposa de Dios Espíritu Santo: Dios te salve, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad: Dios te salve, María, concebida sin mancha de pecado original. Amén». El ilustre mariólogo Laurentino María Herrán, respondiendo a mi consulta (Carta a Pedro Rodríguez, Palencia 18-II-2001), dice que él aprendió la invocación en esta forma, pero que no ha podido establecer su origen histórico; remite a Narciso GARCÍA GARCÉS, Títulos y grandezas de María, Coculsa, Madrid 1942, cap V, pgs 62-76, donde se estudian detenidamente, en perspectiva espiritual y mariológica, estas deprecaciones, pero no hay datos sobre su origen. —El título «Esposa del Espíritu Santo» proviene de San Francisco de Asís y esta forma de invocación a María en su relación con las tres divinas Personas se generaliza en la edad media y en contexto franciscano: «Ipsa singulariter Domini Filia, Domini Mater, Domini Sponsa, Domini ancilla facta est […] Ipse est Dominus Pater, cujus Maria est Filia nobilissima: ipse est Dominus Filius, cujus Maria est Mater dignissima; ipse est Dominus Spiritus Sanctus, cujus Maria Sponsa venustissima» (CONRADO DE SAJONIA, «Speculum Beatae Mariae Virginis», en Bibliotheca Franciscana ascetica medii aevi, Ad Claras Aquas 1904, II, pg 131-134). En España la invocación viene testificada, entre otros, por Calderón de la Barca: «Dígalo la Soberbia, / de su humildad vencida / cuando al jurarla reina / (como del Padre Hija, / como del Hijo Madre, / y como Esposa digna / del Spíritu) toda / la angélica milicia, / ella se nombra esclava, / cuya piedad sencilla / de sus triunfos me ahuyenta» (Pedro CALDERÓN DE LA BARCA, A María el corazón, Auto Historial Alegórico, ed crítica por Ignacio Arellano, Ildefonso Adeva, Francisco Crosas y Miguel Zugasti, Reichenberger, Kassel 1999, pg 85, lín 173-183). Esta forma de invocación ha sido recibida en el Magisterio y el Papa San Pío X concedió indulgencias a una oración a la Virgen, muy frecuente en Italia, en la que se dice: «Benedice [il vostro servo] l’Eterno Padre, che vi scelse in modo particolare per Figlia, benedice il Verbo Incarnato, che vestendosi dell’umana natura nel vostro purissimo seno vi fece sua Madre: benedice il Divino Spirito, che vi volle sua Sposa» (Decreto en AAS 6 [1914] 108). El Papa Juan Pablo II testifica el título «sponsa Spiritus» en la Encíclica Redemptoris Mater, 26: «El Espíritu Santo ha descendido a ella, que se ha convertido en su esposa fiel en la anunciación, acogiendo al Verbo de Dios verdadero». Sobre el tema vid Joseph BITTREMIEUX, «De relationibus B. V. ad personas SS. Trinitatis», en Divus Thomas [Plac.] 11 (1934) 549-568.
La canción, de autor anónimo, dice así: «Es más pura que el sol, más hermosa / que las perlas que ocultan los mares. / Ella sola, entre tantos mortales, / del pecado de Adán se libró. / ‘Salve, salve’, cantad a María, / ‘que más pura que tú, sólo Dios’. / Y en el cielo una voz repetía: / ‘Más que tú sólo Dios, sólo Dios’» (Cfr José GONZÁLEZ ALONSO, CMF, Repertorio de cánticos sagrados, vol II, canción nº 351 [armonización es de Felipe RUBIO PIQUERAS], Coculsa, 5ª ed, Madrid 1946, pg 801). Debo estos datos a D. Julián Ayesa, organista de la Catedral de Pamplona, y al Dr. Miguel Arango, Director General de Rialp. Se cantaba con frecuencia aquellos años en los Colegios, especialmente en el mes de mayo, dedicado a honrar a la Virgen María.
Lola Fisac recuerda que en abril de 1939 el Autor de C le aconsejó, para cultivar el espíritu de oración los sábados, «vivir especialmente la devoción a la Santísima Virgen; por ej, mediante el rezo repetido de la oración: Dios te salve, María, Hija de Dios Padre. Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo. Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo. ¡Más que tú sólo Dios!» (María Dolores Fisac Serna, Relación Testimonial, Madrid 2-IX-1975; AGP, sec A, leg 100-21, carp 2, exp 1, pg 2). —Jesús Álvarez Gazapo, que convivió intensamente con el Autor de C durante más de veinte años –era el arquitecto jefe de la construcción de Villa Tevere, la sede central del Opus Dei en Roma–, me escribe (Pamplona, 1-XI-2002) a raíz de la segunda edición de este libro: “El texto que nuestro Padre indicó para el oratorio de San Gabriel, de Villa Tevere, terminaba así: “de tu ser natural + Amen + Más que tú sólo Dios”. Se disgustó al ver el error en la transcripción, pues habíamos puesto virginal en lugar de natural como había dicho (y como yo lo había rezado siempre). Estuvimos a punto de sustituir la lápida (no era la primera vez que sucedía algo semejante), pero después de pensarlo un poco, dijo que se podía dejar como estaba. Era una excepción notable que en Villa Tevere se pusiera un texto en castellano”. Y agrega Jesús Gazapo: «Es curioso ver cómo hasta los ‘gazapos’ de Villa Tevere salen inopinadamente a la luz» (Carta a Pedro Rodríguez, Pamplona 1-XI-2002).
497 Apínt Cec/53.1-Ceb/221 ||| valentía, Cec C] seq ni la desvergüenza Apínt
Apínt, nº 1718, 26-VI-1933; la cursiva es del original.
Vid infra nº 576; la cursiva es mía.
498 Apínt Cec/53.2-Ceb/222
Son: 498, 10a, 446, 637, 18, 180, 9.
Homilía «Porque verán a Dios», pronunciada el 12-III-1954; Amigos de Dios, 189; la cursiva es del original. Como se ve, el Autor cita el punto de C por Consideraciones espirituales (es decir, sin el guionado) y remite a la pg 53 del libro.
499 Msb
EjEsp, Meditación «La Cena», Vitoria 22-VIII-1938; guión nº 110.
500 Msb ||| privilegio sabatino] privilegio sabatino Msb
AGP, sec A, leg 3, carp 3.
Cuaderno VI, nº 823, 12-IX-1932. Sobre el tema vid VÁZQUEZ DE PRADA, I, pg 464.
Cuaderno VI, nº 917, 5-II-1933.
Cfr Benedikt ZIMMERMANN, «De Sacro Scapulario Carmelitano», en Anal. Ord. Carm. Disc. 2 (1927-1928) 70-80. Vid también Antonio OROZCO, «Aprender en ‘Camino’ el amor a la Virgen», en Estudios sobre ‘Camino’, 1988, pg 352 nt 15.
501 Msb ||| daba Msb add] da Msb del || todos] praec todas del
EjEsp, Madrid enero 1935, Plática «La Virgen Santísima»; guión nº 20. —«Carmen, Rosario, Dolores, Asunción, Concepción». En la carta citada en com/496 agrega Álvarez Gazapo: «Me ha hecho gracia ver cómo nuestro Padre, al enumerar advocaciones de la Virgen (C p/501) pone a sus cuatro hermanas. No me cabe la menor duda de que en ellas pensaba cuando lo escribió». (Se llamaban Carmen, Rosario, Dolores, Asunción).
502 Msb ||| Hijo] praec hijo Msb del |||| 1 Jn 2, 1-11
Plática sin título (Oración), San Sebastián 22-V-1938; guión nº 100.
PredicHond, «Las bodas de Caná», 11-VII-1937, pg 201; XXXII; la cursiva es del original.
503 Msb ||| al madero, con clavos, Txm add autogr] con clavos, al madero Msb Txm del
EjEsp, Plática «María, Regina Apostolorum», Vergara 10-IX-1938; guión nº 116; la cursiva es del original. Via Crucis, 9ª estación: «Su Madre –mi Madre–, María, llora».
30b Algunos textos: «cosido con hierros a un leño» (Surco, 273); «cosido al madero –más que con los hierros– con el Amor que nos tiene» (Forja, 191); «los pecados de los hombres fueron los martillazos, que le cosieron con clavos al madero» (Forja, 550); «Ya han cosido a Jesús al madero» (Via Crucis, Estación 11ª, 1); «Un cuerpo cosido con clavos al madero» (Estación 12ª, 2).
504 Msb ||| con confianza Txm] confiadamente Msb |||| 1 Si 24, 18 [24]
EjEsp, Plática «Santa Pureza», Vitoria VIII-1938; guión nº 126.
Carta de Josemaría Escrivá a José Ramón Herrero Fontana, Burgos 2-V-1938; EF 380502-5.
Carta de Josemaría Escrivá a Juan Jiménez Vargas, Burgos 2-V-1938; EF 380502-6.
Carta de Josemaría Escrivá a José María Albareda, Burgos 2-V-1938; EF 380502-1.
Carta de Josemaría Escrivá a Enrique Alonso-Martínez, Burgos 2-V-1938; EF 380502-2.
En la fiesta del Santo Nombre de María, que se celebraba el 12 de septiembre, y en muchas otras ocasiones marianas, se hacía la lectura de Si 24, 23-31. Había también una Misa votiva de «Maria, Mater Pulchrae Dilectionis», que en la liturgia actual se encuentra entre las «Misas de la Virgen María»: Misa Egredimini et videte (Ct 3, 11).
505 Msb ||| Señora] praec Virgen Msb del || espíritu,] espíritu Msb
EjEsp, Plática «María, Regina Apostolorum», Vergara 10-IX-1938; guión nº 116. «Se vestía con lujo...» El Autor parece aludir al ejemplo de alguna persona conocida suya, que se ponía sus mejores trajes en las fiestas de la Virgen.
506 Msb ||| La Virgen Msb add] Madre Msb del |||| 1 cfr Jn 19, 26-27
EjEsp, Plática «María, Regina Apostolorum», Vergara 10-IX-1938; guión nº 116.
507 Msb ||| veréis Msb add] veis Msb del || del Gólgota Msb add] del Calvario Msb add del | de la Cruz Msb del |||| 1 Jn 12, 12-13; cfr Mc 11, 1-10; Lc 19, 29-38 | 2 Jn 2, 1-11 | 3 Jn 19, 25
Ibidem. En otro guión anota: «María, Maestra: juxta crucem Iesu...» (Meditación «Stabant iuxta Crucem (Joann. XIX, 25)», Vitoria 19-IX-1938; guión nº 114).
508 Msb |||| 1 Jn 19, 25 | 2 cfr Lm 1, 12
EjEsp, Plática «María, Regina Apostolorum», Vergara 10-IX-1938; guión nº 116.
Carta de Josemaría Escrivá a Amparo Rodríguez Casado, Burgos 20-XII-1938; EF 381220-1; la cursiva es mía.
509 Msb ||| sabe] sabe... Msb
41b Esta expresión fue usada por Juan Pablo II en su célebre Oración ante la Virgen de Guadalupe, México, enero de 1979, en su primer viaje a América: «Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor» (L’Osservatore Romano, 26-I-1979, pg 1).
510 Msb |||| 1 Lc 1, 38 | 2 Jn 1, 14
EjEsp, Meditación «La Encarnación del Señor», Vitoria 20-VIII-1938; guión nº 90. —«A pesar de ellos». Es lo que parece deducirse del «spectaculum facti sumus mundo et angelis et hominibus» de San Pablo (1 Co 4, 9).
511 Msb ||| pureza Txm] castidad Msb |||| 1 Lc 1, 30
Ibidem.
512 Msb |||| 1 Lc 1, 38 | 2 Rm 8, 16-17.29 y Ga 4, 4-7 | 3 Lc 11, 27
Ibidem.
513 Msb
514 Msb ||| Señora] Señora, Msb Txm
PredicHond, «Confianza en Dios», 10-IV-1937, pg 45; V.
515 Msb ||| Que por momentos] Que, por momentos, Msb Txm || nostra] nostra! Msb
EjEsp, Plática «María, Regina Apostolorum», Vergara 10-IX-1938; guión nº 116.
516 Msb
PredicHond, «Nuestra Madre la Virgen», 15-VIII-1937, pg 243; XXXIX.