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Capítulo
Punto 725
Lucha interior · Punto 725

 El enemigo casi siempre procede así con las almas
que le van a resistir: hipócritamente, suavemente:
motivos...
¡espirituales!:
no llamar la atención...

—Y luego,
cuando parece no haber remedio (lo hay), descaradamente...,
por si logra
una desesperación
a lo Judas,
sin arrepentimiento.

Comentario

Giotto, El beso de Judas

Texto escrito en letra gruesa sobre una octavilla. En el dorso se lee, autógrafo: «Mira…». «Gaitica» redactada, probablemente partiendo de esta anotación:

«Tanquam leo rugiens... [1] Hipócritamente, suavemente. Motivos... ¡espirituales! Prudencia...No llamar la atención... Luego, cuando parece no haber remedio –lo hay–, descarnadamente...» [2].

Era ésta una experiencia que San Josemaría había comprobado en numerosas ocasiones. Así lo exponía en una meditación durante su estancia en la Legación de Honduras:

«El error se rechaza enseguida cuando se nos presenta descaradamente, y al mal se le vence con facilidad cuando nos presenta sin velos su rostro repugnante; pero cuando el error viste ropajes de verdad, y el mal se disfraza con apariencias de bien, ¡con qué facilidad se insinúan en nosotros hasta arrastrarnos fuera de nuestro camino! ¡Cuántos descaminos por haber seguido el impulso del corazón, la indicación de la inteligencia, seducidos y engañados por el enemigo que adoptaba actitudes y proponía planes a primera vista inmejorables!» [3].



[1] 1 P 5, 8s: «sobrii estote vigilate quia adversarius vester diabolus tamquam leo rugiens circuit quaerens quem devoret, cui resistite fortes fide». Durante siglos ha sido ésta en la liturgia romana la «lectio brevis» en el Oficio de Completas.

[2] Ejercicios Espirituales, Meditación «Dos banderas. Genio militar de San Ignacio», Vitoria 21-VIII-1938; guión nº 83.

[3] Predicación de San Josemaría en la Legación de Honduras, «Confusionismo», 15-V-1937, pg 74; X.