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Capítulo
Punto 832
Táctica · Punto 832

¡Qué afán hay
en el mundo
por salirse de su sitio! —¿Qué pasaría
si cada hueso, cada músculo del cuerpo humano quisiera ocupar puesto distinto del que le pertenece?
No es otra la razón del malestar del mundo. —Persevera
en tu lugar, hijo mío: desde ahí ¡cuánto podrás trabajar
por el reinado efectivo de Nuestro Señor!
 

Comentario

Texto del Cuaderno V, nº 754, fechado por San Josemaría el 16-VI-1932 [1]:

«¡Qué afán hay en el mundo, por salirse de su sitio! ¿Qué pasaría, si cada hueso, cada músculo del cuerpo humano quisiera ocupar puesto distinto del [2] que le pertenece? No es otra la razón del malestar actual de la sociedad. Para esto, no hay más remedio que la vuelta a Cristo. A eso va la Obra de Dios».

Nótese cómo transforma San Josemaría las dos últimas frases de su Cuaderno a la hora de redactar este punto. La dinámica expresión «a eso va la Obra de Dios» –«la vuelta a Cristo»– pasa a ser «el reinado efectivo de Nuestro Señor», el «regnare Christum volumus» del punto 11. En el comentario a ese punto se explica el sentido de esta expresión como «fin» de la Obra de Dios.

«Salirse de su sitio». Consultar los comentarios a los puntos 837 y 926. Es evidente que la doctrina de estos puntos ha de entenderse en clave teológica y no sociológica. «Sitio», «lugar» en la sociedad, son conceptos importantes en Camino [3].

El tema conecta con lo que San Josemaría llamará después «mística hojalatera», haciendo un juego de palabras entre la irrealidad del «¡Ojalá!» y la poca calidad de la «hojalata» [4]. La «mística hojalatera» está también presente en el punto 709.



[1] En ese día transcribió también el punto 731.

[2] «del»: corregido en el Cuaderno, antes decía «al».

[3] Sobre el tema en Camino, vid Pedro Rodríguez, «Sobre la espiritualidad del trabajo», en Nuestro Tiempo 35 (1971) 359-388.

«Cuando se habla de permanecer en la vocación en que Dios llamó, no se hace con la intención de excluir los cambios que son producto del desarrollo profesional, social, etc., sino con la de afirmar que la vocación cristiana no implica, de por sí, cambio alguno, ya que invita a santificar la situación humana en que se vive, sea ésta estable o cambiante según lo que el dinamismo histórico haga posible o traiga consigo» (J. L. Illanes, La santificación del trabajo, 2001, pgs 86s).

También en Camino hay una consideración de lo que podríamos llamar «sitio» en el sentido de posición eclesiológica o de posición en la misión de la Iglesia: vid p/949, 965, 966.

[4] Una expresión paradigmática de lo que decimos es ésta de la homilía pronunciada por San Josemaría en el Campus de la Universidad de Navarra en octubre de 1967:

«Dejaos, pues, de sueños, de falsos idealismos, de fantasías, de eso que suelo llamar mística ojalatera -¡ojalá no me hubiera casado, ojalá no tuviera esta profesión, ojalá tuviera más salud, ojalá fuera joven, ojalá fuera viejo!...-, y ateneos, en cambio, sobriamente, a la realidad más material e inmediata, que es donde está el Señor: mirad mis manos y mis pies, dijo Jesús resucitado: soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo (Lc, 24, 29)» (Conversaciones, 116).

En este vídeo se recogen algunas palabras de San Josemaría pronunciadas en "la Homilia del Campus" en octubre de 1967, en Pamplona.