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Capítulo
Punto 250
Propósitos · Punto 250

 Me has dicho, y te escuché en silencio:
«Sí: quiero ser santo». Aunque esta afirmación,
tan difuminada,
tan general,
me parezca de ordinario una tontería.

Comentario

Original sobre una octavilla blanca. Es el segundo de los puntos de Camino que se forjan en los Ejercicios Espirituales que San Josemaría hizo en Pamplona, en diciembre 1937 (vid el punto 242).

El texto de Apunte íntimo dice:

«Lloré –soy un llorón– leyendo una vida de D. Bosco, que pedí esta mañana al familiar del Sr. Obispo [1]. Sí: quiero ser santo. Aunque esta afirmación, tan difuminada, tan general, me parezca de ordinario una tontería [2].

San Juan Bosco

 

Como dije en el comentario al punto 242, estamos ante uno de esos casos en los que el Autor se oculta, al redactar el punto de Camino, haciendo comparecer a una tercera persona y, así, exponer una íntima experiencia de oración personal en forma de diálogo, en el que escucha en labios de otro... su propia experiencia.

Como se ve, San Josemaría procede aquí de diversa manera que en el punto 242: ahora desdobla el texto del Cuaderno, y la primera parte la pone en boca del interlocutor y al lector propone como propia la segunda.

San Josemaría, desde antiguo, tenía devoción personal a San Juan Bosco [3].



[1] Don Marcelino Olaechea, Obispo de Pamplona, que era salesiano. Su familiar era Vicente Ballester Domingo, también salesiano.


Marcelino Olaechea, Obispo de Pamplona

 

[2] Cuaderno VIII dpdo, nº 1431, 20-XII-1937. De las notas de ese día procede también el p/746.

[3] San Josemaría escribió varios elencos de santos de su devoción. En Cuaderno V, nº 618, 26-II-1932 da éste: «S. José, los Ángeles, las ánimas, Domingo, José de Calasanz, D. Bosco, Teresa, Ignacio, Xavier, Teresita...». Vid el punto 402 y su comentario.