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Capítulo
Punto 274
Presencia de Dios · Punto 274

 «Padre —me decía aquel muchachote (¿qué habrá sido de él?), buen estudiante
de la Central—, pensaba en
lo que usted me dijo...
¡que soy hijo de Dios!,
y me sorprendí
por la calle, ‘engallado’
el cuerpo
y soberbio por dentro...
¡hijo de Dios!»
Le aconsejé,
con segura conciencia, fomentar la «soberbia».
 

Comentario

Punto escrito por San Josemaría sobre unaoctavilla, posiblemente a partir del repaso de la correspondencia y de los guiones de predicación que hizo en diciembre de 1938.

La anécdota que narra está aludida, como el texto del punto anterior, en los guiones del retiro de enero que predicó San Josemaría en Salamanca y de los Ejercicios Espirituales que dio en Vitoria:

«Filiación divina. ¡Yo soy hijo de Dios! –Consecuencias: todo lo de mi Padre es mío: ad majora natus sum: su Madre, sus sacramentos, su Iglesia, sus ángeles, su Cielo... –Ejemplo del joven 'que se engallaba'...» [1].

«–La alegría de ser hijos de Dios: el joven que se 'engallaba'. El que se vestía de fiesta» [2].

La anécdota, con lenguaje paradójico de fuerte incidencia en el alma, sitúa de nuevo al lector en el núcleo del capítulo, expresado desde su primer punto: la conciencia renovada de la filiación divina como «revolución» en el hombre cristiano.

Universidad Central de Madrid en la actualidad

En alguna ocasión le preguntaron discretamente a San Josemaría por la identidad de aquel joven estudiante «de la Central» [3]. En 24-X-1972, en otra reunión pública, precisamente en Madrid, alguien volvió sobre el tema, bajo esta forma: «Padre, ¿qué le dijo usted a aquel estudiante?». San Josemaría contestó:

«Lo pone allí: que siguiera con ese orgullo para adelante, y que eso era bueno» [4].

No dijo ningún nombre, pero comentó:

«Lo único que puedo decir de ése es que es arquitecto, y que no es del Opus Dei».

Personalmente he tenido interés en identificar –a partir de estos datos– esta simpática figura –que ha dado lugar a uno de los más famosos puntos de Camino–, pero sin conseguirlo.

La forma de redacción del punto que comentamos revela que San Josemaría, cuando escribe, piensa en alguien con el que había perdido todo contacto ya antes de la guerra civil, o bien con el que mantenía ese contacto, pero del que desconoce su suerte en aquellos años de guerra y de muerte: «¿que habrá sido de él?».

Si era de los estudiantes con los que mantenía contacto, es claro que no estaba en la llamada zona «nacional» en las fechas en que se escribe la «gaitica», pues ya mucho antes Josemaría Escrivá sabía donde estaban todos los que circulaban en su entorno y por la Residencia de Ferraz y que ahora se encontraban en ese lado de la contienda.

Por otra parte, los miembros del Opus Dei que se encontraban en la zona republicana estaban igualmente localizados y en contacto unos con otros y con el Fundador.Todo esto es muy coherente con las palabras de 1972: que no era del Opus Dei.

Lo de que era arquitecto y la alusión a la Central puede sorprender a primera vista, ya que la Escuela de Arquitectura no formaba parte entonces de la Universidad. Pero se explica, porque los futuros arquitectos debían cursar en la Universidad los dos primeros años de la Licenciatura en Ciencias Exactas.

«Fomentar la 'soberbia'». La expresión paradójica ya se encuentra en la célebre carta de San Jerónimo a Eustoquio: «Disce in hac parte superbiam sanctam!» [5], y es muy próxima a esta otra del Maestro Ávila:

«Debemos estar siempre humillados, y con santo temor delante de Dios; mas, para con el demonio, muy esforzados con la esperanza de Dios, y llenos de una santa soberbia» [6].



[1] Retiro espiritual, Plática «Vida sobrenatural», Salamanca 25-I-1938; guión nº 91.

[2] Ejercicios Espirituales, Plática «Espíritu de alegría», Vitoria 25-VIII-1938; guión nº 94.

[3] Expresión usual en el mundo académico y universitario para designar a la que por aquellos años se llamaba «Universidad Central de Madrid», la única que concedía entonces el título de Doctor y a la que debían, por tanto, acudir los Licenciados de las demás Universidades de España que deseaban doctorarse.

Ése era uno de los motivos por los que San Josemaría se encontraba en Madrid. Esta Universidad es la que hoy se llama «Universidad Complutense». Las traducciones inglesa, alemana, italiana, francesa y brasileña ponen una nota de pie de página para explicar lo que decimos. La traducción polaca dice «dobry student uniwersitetu» sin indicar nombre alguno. Trad. catalana: «bon estudiant universitari». Trad. gallega: «bo estudiante na Universidade».

[4] Notas de una tertulia, Madrid 24-X-1972; AGP, sec A, leg 51.

[5] Epistula 22, 16, a Eustochio (PL 22, 412); BAC 219, 1962, pg 172. Jerónimo exhorta a la joven Eustoquio a tener un santo orgullo por la llamada que Dios le ha hecho a la virginidad y a que no envidie a las casadas.

[6] San Juan de Ávila, Audi, filia, cap 29; BAC 302, 1970, pg 626, lín 2867-70. El subrayado es nuestro.