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Formación · Punto 377
Y ¿cómo adquiriré «nuestra formación», y cómo conservaré «nuestro espíritu«? —Cumpliéndome las normas concretas que tu Director te entregó y te explicó y te hizo amar: cúmplelas y serás apóstol. |
Comentario
Esta octavilla es la ficha 17 de la serie redactada por San Josemaría durante su estancia como refugiado en La legación de Honduras en Madrid, y tiene una clara relación, también redaccional, con la ficha anterior. En un apunte que tomó para preparar una charla de formación que dio en 1935, San Josemaría expresaba esta misma idea, aunque de forma concentrada:
San Josemaría, tanto en este apunte como en el texto de Camino, se está refiriendo a los concretos ejercicios de piedad cristiana que, recibidos de la tradición católica, inculcaba a las personas que acudían a las actividades formativas que él promovía. De una manera o de otra todos los va describiendo y glosando a lo largo del libro: la oración, el ofrecimiento de obras, la celebración eucarística, la presencia de Dios en el trabajo, la consideración de la filiación divina, el orden, el santo rosario, etc. El conjunto de los puntos de Camino van poniendo de manifiesto cómo esas «normas» no son un código, sino una guía segura que señala el camino; y cómo ese «cumplimiento» no es una obediencia mecánica a un reglamento, sino una expresión concreta y tangible del «amor de Dios que se ha difundido en nuestros corazones» (Rm 5, 5) y que nos ha convertido en hijos suyos. [1] Guión de un círculo a los estudiantes de Ferraz, 16-IV-1935; AGP, sec A, leg 50-13, carp 4, exp 1. |