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Capítulo
Punto 496
La Virgen · Punto 496

¡Cómo gusta
a los hombres
que les recuerden
su parentesco
con personajes
de la literatura,
de la política,
de la milicia,
de la Iglesia!...
—Canta ante la Virgen Inmaculada, recordándole:
Dios te salve, María, hija de Dios Padre: Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo: Dios te salve, María, Esposa de Dios
Espíritu Santo...
¡Más que tú, sólo Dios!

Comentario

Velázquez, Coronación de la Virgen

Texto del Cuaderno VII, nº 1084, fechado en 14-XII-1933. El mismo día transcribió el punto 492, que encabeza el capítulo [1]. El tenor literal del texto es idéntico al de Camino.

Esta manera de invocación a María en contexto trinitario –con diferentes versiones– es muy frecuente en España en el rezo del Santo Rosario, precediendo a la Letanía Lauretana [2]. La última frase pertenece a un cántico popular a la Virgen titulado «Eres más pura...» [3].

Sin embargo, San Josemaría mantuvo en su piedad personal la fusión de ambas piezas en una única invocación durante toda su vida.

En 1955 hizo poner en el oratorio de San Gabriel, en la sede prelaticia del Opus Dei en Roma, una inscripción (frente al retablo que representa la escena de la Anunciación) que dice:

«Dios te salve María hija de Dios Padre + Dios te salve María Madre de Dios Hijo + Dios te salve María Esposa de Dios Espíritu Santo + Dios te salve María Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad + Dios te salve María concebida sin mancha de pecado original desde el primer instante de tu ser virginal + Amén + Más que tú solo Dios» [4].



[1] San Josemaría transcribió ese día ocho puntos: 496, 492, 640, 643, 819, 404, 405, 899.

[2] La forma recibida dice así: «Dios te salve, hija de Dios Padre: Dios te salve, Madre de Dios Hijo: Dios te salve, Esposa de Dios Espíritu Santo: Dios te salve, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad: Dios te salve, María, concebida sin mancha de pecado original. Amén».

El ilustre mariólogo Laurentino María Herrán, respondiendo a mi consulta (Carta a Pedro Rodríguez, Palencia 18-II-2001), dice que él aprendió la invocación en esta forma, pero que no ha podido establecer su origen histórico; remite a Narciso GarcIa GarcEs, Títulos y grandezas de María, Coculsa, Madrid 1942, cap V, pgs 62-76, donde se estudian detenidamente, en perspectiva espiritual y mariológica, estas deprecaciones, pero sin datos sobre su origen).

—El título «Esposa del Espíritu Santo» proviene de San Francisco de Asís y esta forma de invocación a María en su relación con las tres divinas Personas se generaliza en la edad media y en contexto franciscano: «Ipsa singulariter Domini Filia, Domini Mater, Domini Sponsa, Domini ancilla facta est […] Ipse est Dominus Pater, cujus Maria est Filia nobilissima: ipse est Dominus Filius, cujus Maria est Mater dignissima; ipse est Dominus Spiritus Sanctus, cujus Maria Sponsa venustissima» (Conrado de Sajonia, «Speculum Beatae Mariae Virginis», en Bibliotheca Franciscana ascetica medii aevi, Ad Claras Aquas 1904, II, pg 131-134).

En España la invocación viene testificada, entre otros, por Calderón de la Barca:

«Dígalo la Soberbia, /
de su humildad vencida /
cuando al jurarla reina /
(como del Padre Hija, /
como del Hijo Madre, /
y como Esposa digna /
del Spíritu) toda /
la angélica milicia, /
ella se nombra esclava, /
cuya piedad sencilla /
de sus triunfos me ahuyenta»

(Pedro CalderOn de la Barca, A María el corazón, Auto Historial Alegórico, ed crítica por Ignacio Arellano, Ildefonso Adeva, Francisco Crosas y Miguel Zugasti, Reichenberger, Kassel 1999, pg 85, lín 173-183).

Esta forma de invocación ha sido recibida en el Magisterio y el Papa San Pío X concedió indulgencias a una oración a la Virgen, muy frecuente en Italia, en la que se dice: «Benedice [il vostro servo] l'Eterno Patre, che vi scelse in modo particulare per Figlia, benedice il Verbo Incarnato, che vestendosi dell'umana natura nel vostro purissimo seno vi fece sua Madre: benedice il Divino Spirito, che vi volle sua Sposa» (Decreto en AAS 6 [1914] 108).

El Papa Juan Pablo II testifica el título «sponsa Spiritus» en la Encíclica Redemptoris Mater, 26: «El Espíritu Santo ha descendido a ella, que se ha convertido en su esposa fiel en la anunciación, acogiendo al Verbo de Dios verdadero». Sobre el tema vid Joseph Bittremieux, «De relationibus B. V. ad personas SS. Trinitatis», en Divus Thomas [Plac.] 11 (1934) 549-568.

[3] La canción, de autor anónimo, dice así: «Es más pura que el sol, más hermosa / que las perlas que ocultan los mares. / Ella sola, entre tantos mortales, / del pecado de Adán se libró. / ‘Salve, salve’, cantad a María, / ‘que más pura que tú, sólo Dios’. / Y en el cielo una voz repetía: / ‘Más que tú sólo Dios, sólo Dios’» (Cfr José Gonzalez Alonso, CMF, Repertorio de cánticos sagrados, vol II, canción nº 351 [armonización es de Felipe Rubio Piqueras], Coculsa, 5ª ed, Madrid 1946, pg 801).

Debo estos datos a D. Julián Ayesa, organista de la Catedral de Pamplona, y al Dr. Miguel Arango, Director General de Rialp. Se cantaba con frecuencia en los Colegios y en los Seminarios de aquellos años, especialmente en el mes de mayo, dedicado a honrar a la Virgen María.

 

Dolores Fisac,
una de las primeras mujeres del Opus Dei

[4] Lola Fisac recuerda que en abril de 1939 San Josemaría le aconsejó, para cultivar el espíritu de oración los sábados,

«vivir especialmente la devoción a la Santísima Virgen; por ej, mediante el rezo repetido de la oración: Dios te salve, María, Hija de Dios Padre. Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo. Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo. ¡Más que tú solo Dios!»

(María Dolores Fisac Serna, Relación Testimonial, Madrid 2-IX-1975; AGP, sec A, leg 100-21, carp 2, exp 1, pg 2).

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