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Capítulo
Punto 599
Humildad · Punto 599

Eres polvo
sucio y caído.

—Aunque el soplo
del Espíritu Santo
te levante
sobre las cosas todas
de la tierra
y haga que brille
como oro,
al reflejar en las alturas con tu miseria
los rayos soberanos
del Sol de Justicia,
no olvides la pobreza de tu condición.

Un instante de soberbia te volvería al suelo,
y dejarías de ser luz para ser lodo.

Comentario

Original en el Cuaderno VI, nº 824, fechado en 13-IX-1932 [1]. Transcribimos el texto:

«D.O.G. [2] –Eres polvo sucio y caído. Aunque el viento del Espíritu Santo te levante sobre las cosas todas de la tierra y haga que brilles como oro, al reflejar en las alturas con tu miseria los rayos soberanos del Sol de Justicia, no olvides la pobreza de tu condición. Un instante de soberbia te volvería al suelo, de donde procedes, y dejarías de ser luz para ser lodo».

San Josemaría escribió en Camino «que brille» en vez de «que brilles», que es lo que se lee en Consideraciones espirituales, y en el Cuaderno. Evidentemente, en la redacción de Burgos quiso subrayar que lo que brilla no eres «tú», sino «el polvo» que eres «tú» [3].

El pensamiento tiene afinidad con este de Teresa de Lisieux: «Mi alma os parece resplandeciente y dorada, porque está abierta a las miradas del Amor. Si el sol divino dejara de enviarme sus rayos, me volvería enseguida oscura y tenebrosa» [4].

El p/599 conecta de manera clara con el p/592: el mismo fondo a través de dos comparaciones diversas: la basura, el jardín, las flores y el Jardinero, allá; el polvo, la luz, el viento y el Sol de Justicia, aquí. Ambos puntos se mueven en la esfera del «propio conocimiento», que es «conocimiento de fe»: conocimiento por la gracia del misterio del hombre, que es misterio de pecado y de gracia [5].



[1] Futuros puntos de Camino transcritos ese día: 429, 599, 495.

[2] «Deo omnis gloria», como bien sabemos. Vid com/11.

[3] Predicaba en 1958: «Suelo contar esa anécdota que tantas veces me habéis oído, y que es tan clara: la del polvo que es elevado por el viento hasta formar en lo más alto una nube dorada, porque admite los reflejos del sol. De la misma manera, la gracia de Dios nos lleva altos; y reverbera en nosotros toda esa maravilla de bondad, de sabiduría, de eficacia, de belleza, que es Dios» (Notas de una meditación, Roma 2-XI-1958; AGP, sec A, leg 51).

[4] Citado en Juan González Arintero, «Vida mística de la Beata Teresita», en La Vida Sobrenatural, nº 53, 1-V-1925, pg 298. Escribe el P. Tomás Álvarez OCD: «Este texto se halla en «Novissima Verba» (Derniers entretiens), en el día 25 de julio de 1987, nº 5, pero ya no se halla en las presentes ediciones, ni españolas ni francesas, por corresponder al «Novissima Verba» editado algo apresuradamente por M. Inés en 1926. Creo que normalmente pasase de la edición de M. Inés a las traducciones españolas de Historia de un Alma» (Carta del P. Tomás Álvarez OCD a Pedro Rodríguez, Burgos 23-I-2001). El P. Arintero, según Álvarez (ibidem), pudo tener acceso al manuscrito de M. Inés antes de su publicación. El «textus receptus» de ese pasaje proviene de María del Sagrado Corazón y dice así: «En me penchant un peu, je voyais par la fenêtre le soleil couchant qui jetait ses derniers feux sur la nature, et le sommet des arbres paraissait tout doré. Je me disais alors: Quelle difference si on reste à l'ombre ou, qu'au contraire, on s'expose au soleil de l'amour. Alors on paraît tout doré. C'est pour cela que je parais toute dorée. En réalité je ne le suis pas et je cesserais de l'être immédiatement si je m'élognais de l'amour» (Teresa de Lisieux, Oeuvres complètes, Cerf 1992, pg 1169; Obras completas, MEC 5, pg 1027). El artículo de Arintero fue leído como «lectura espiritual» en el retiro que el Beato Josemaría predicó a los universitarios de Ferraz en 18-VIII-1935; AGP, sec A, leg 47, carp 3, exp 6.

[5] Comentario estilístico en J. M. Ibáñez Langlois, Josemaría Escrivá como escritor, (2002), pg 20s.