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Capítulo
Punto 452
Caridad · Punto 452

Esfuérzate,
si es preciso,
en perdonar siempre
a quienes te ofendan, desde el primer instante,
ya que, por grande
que sea el perjuicio
o la ofensa
que te hagan,
más te ha perdonado Dios a ti.

 

Mateo 18, 23-35

Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar cuentas con sus servidores.

Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.

Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.

El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: "Señor, dame un plazo y te pagaré todo".

El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.

Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: "Págame lo que me debes".

El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: "Dame un plazo y te pagaré la deuda".

Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.

Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.

Este lo mandó llamar y le dijo: "¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.

¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?".

E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.

Lo mismo hará también mi Padre celestial con vosotros, si no perdonáis de corazón a vuestros hermanos".

Comentario

Juan Pablo II con Ali Agca,
el pistolero turco que intentó asesinarle

Texto del Cuaderno VI, nº 827, fechado en 28-IX-1932, el mismo día que el p/450 y otros cinco más [1].

San Josemaría da un nuevo paso respecto al punto anterior: no sólo que no nos alteren las palabras injustas, sino que surja inmediatamente el perdón:

«Me esforzaré, si es preciso, en perdonar siempre a quienes me ofendan, desde el primer instante, ya que por grande que sea el perjuicio o la ofensa que me hagan, más me ha perdonado Dios a mí».

En puntos anteriores de Camino ha hablado de cómo Dios perdona al hombre (puntos 262, 267, 309, 436). Ese perdón aparece ahora, como en la parábola de los dos deudores (Mt 18, 23-35), como fundamento y exigencia del perdón fraterno entre los hombres, una de las enseñanzas más características de Jesús.

Vid también en esta línea el punto 689.



[1] Vid supra nt 20.