Menú
Capítulo
Punto 481
Los medios · Punto 481

Cuando sólo
se busca a Dios,
bien se puede poner
en práctica, para sacar adelante obras de celo, aquel principio
que asentaba un buen amigo nuestro:

«Se gasta
lo que se deba,
aunque se deba
lo que se gaste».
 

Comentario

Pudo actuar como recordatorio a la hora de escribir este punto esta anotación que San Josemaría hizo en uno de sus guiones para la predicación de Ejercicios Espirituales a los sacerdotes de Vitoria en 1938:

«El dinero y las obras de celo. La pobreza, señal de predilección de Dios. Gastar lo que se deba, aunque se deba lo que se gaste» [1].

¿Quien es este amigo bueno al que alude San Josemaría ? No hay apenas datos: en la octavilla llamó a esta persona, primero, «un varón santo». Lo tachó y puso: «un hombre de Dios». Finalmente quedó el texto actual: «un buen amigo nuestro».

¿Podría ser San Pedro Poveda? Ambos tenían una santa amistad sacerdotal en la época en que San Josemaría se «lanzó» a poner la Academia DYA sin tener medio alguno. Leer en este sentido el comentario al punto 474.

Podría ser también una forma discreta de referirse a sí mismo, pero las variantes del aparato crítico excluyen esta interpretación. El ingeniero Manuel Pérez Sánchez, que vivió intensamente en 1934 el traslado de la Academia DYA desde Luchana 33 a Ferraz 50, ha escrito recordando aquella penuria:

«El Padre, en aquellos momentos de apuro económico, decía que teníamos que hacer humanamente lo que pudiésemos, 'pero tener plena confianza en la Divina Providencia, pues siendo la Obra cosa querida por Dios, no faltará su ayuda. Cuando se trata de dar gloria a Dios se gasta lo que se debe, aunque se deba lo que se gaste'» [2].



[1] Ejercicios Espirituales, Plática «Espíritu de pobreza», Vitoria 20-VIII-1938; guión nº 108.

[2] Manuel Pérez Sánchez, Testimonio, 1976; AGP, sec A, leg 100-45, carp 1.

Manuel Pérez Sánchez (1905), natural de Herrera de Ibio (Santander), Ingeniero de Caminos. Conoció a San Josemaría en la Academia DYA, de la calle de Luchana, comenzando desde entonces a dirigirse con el Fundador del Opus Dei, hasta la guerra, que , le sorprendió en la llamada zona «nacional».

No restableció el contacto con San Josemaría hasta 1938, en Burgos. Pertenece al Opus Dei desde 1948.