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Capítulo
Punto 752
Postrimerías · Punto 752

 Siempre.
—¡Para siempre!

—Palabras manoseadas por el afán humano
de prolongar
—de eternizar—
lo que es gustoso.

Palabras mentirosas,
en la tierra,
donde todo se acaba.
 

Comentario

Es posible que San Josemaría redactara este punto, redaccional, a partir de esta anotación que había hecho tiempo antes en sus guiones de predicación:

«Y durará cuanto Dios durare. ¡Siempre! (comentar esta palabra)» [1].

Algo de ese comentario puede verse en las notas que tomó Tomás Alvira en los Ejercicios Espirituales que predicó San Josemaría en Vitoria, en julio de 1939, a un grupo de catedráticos:

«¡Cuántos sacrificios se hacen por personas que se aman en la tierra! ¿Y por Jesús? ¡Para siempre, para siempre...! ¡Mentira! Para siempre sólo Jesús» [2].

Por lo demás, la idea en sí misma estaba grabada en su alma desde años atrás; y ya estaba escrita la edición de Consideraciones Espirituales de Cuenca.

Leer a este propósito el punto 182 de Camino, y su comentario en el que se analiza la raíz teresiana del «siempre, para siempre».

El texto de este punto de Camino debe responder al tipo de comentario que leemos en esta anotación de Alvira. En todo caso, en Amigos de Dios se recoge otro comentario semejante:

«Mienten los hombres, cuando dicen para siempre en cosas temporales. Sólo es verdad, con una verdad total, el para siempre cara a Dios; y así has de vivir tú, con una fe que te ayude a sentir sabores de miel, dulzuras de cielo, al pensar en la eternidad que de verdad es para siempre» [3].



[1] Ejercicios Espirtuales, Meditación «Infierno», Vitoria 19-VIII-1938; guión nº 85.

[2] Tomás Alvira, Testimonio, Madrid 28-I-1976; AGP, sec A, leg 100-02, carp 4, exp 5.

[3] Amigos de Dios, 200.