Menú
Capítulo
Punto 342
Estudio · Punto 342

No olvides que antes de enseñar hay que hacer. —«Coepit facere et docere», dice de Jesucristo la Escritura Santa: comenzó a hacer y a enseñar.
—Primero, hacer. Para que tú y yo aprendamos.

Comentario

Aquí el interlocutor «histórico» de San Josemaria es una persona bien concreta; alguien que está en el trasfondo de otros puntos de Camino: Ricardo Fernández Vallespín, que era el Director de la Residencia de Ferraz, una Residencia que San Josemaría había impulsado en los años anteriores al comienzo de la guerra civil española (1936-1939)

La referencia al ejemplo de Cristo aparece cuando le escribe sobre responsabilidades inmediatas y cotidianas. La carta es de marzo de 1938 y en ella escribe San Josemaría

«Bien: sigue tratando aquellos asuntos –no sólo el económico [1]– con tus hermanos [2]. Este espíritu [3] en nuestra familia es indispensable. No olvides que, antes de enseñar, hay que hacer. Coepit facere et docere, dice de Cristo el Santo Evangelio: comenzó a «hacer» y a enseñar. Primero, hacer. Para que tú y yo aprendamos» [4].

Al tomar el texto para Camino y situarlo en el contexto general del capítulo sobre estudio y trabajo, San Josemaría sitúa el radical alcance de la doctrina que deduce del modo de proceder de Cristo: al «facere» de Cristo según los Hechos (es decir, a los «signos» portentosos que daban «autoridad» a sus palabras) debe corresponder el trabajo cotidiano de los cristianos, que, realizado en Cristo, es ya una predicación del Evangelio anterior a las palabras [5], quasi verba visibilia, en expresión de San Agustín (citada en com/796).

La expresión «el Santo Evangelio», escrita a vuelapluma en la carta a Fernández Vallespín, pasó de allí a la «gaitica», al texto mecanografiado y a las primeras ediciones de Camino sin que nadie cayera en la cuenta de que llamar al texto de los Hechos de los Apóstoles «el Santo Evangelio» podría entenderse equivocadamente como si San Josemaría se refiriera a uno de los cuatro Evangelios.

A partir de la 18ª edición (1960) figura la expresión actual: «la Escritura Santa» [6].



[1] Los medios para reconstruir la Residencia de Ferraz, gravemente dañada por la guerra.

[2] Los demás de la Obra.

[3] No quedarse en ideas vagas, sino llevar a la práctica, con sentido sobrenatural, los objetivos apostólicos.

[4] Carta de San Josemaría Escrivá a Ricardo Fernández Vallespín, Burgos 27-III-1938; EF 380327-2.

[5] El Papa San Pío X, no evidentemente para fundamentar una «cristología» del trabajo, sino para presentar el modelo de Cristo a los sacerdotes, había ya hecho notar la «secuencia» del pasaje de Hechos: «Quam ob rem ipse Christus, factus sacerdotum forma, re primum mox verbis docuit: 'Coepit Iesus facere, et docere'» (Exhortación Haerent animos; Escritos de San Pío X a los sacerdotes, Palabra, pg 322).

[6] Fue Mons. José Luis Gutiérrez, Profesor de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma, el que, al darse cuenta, se lo hizo notar a San Josemaría:

«Pasé una octavilla al Padre que, en el mismo papel, escribió a mano la corrección que debía hacerse en el texto, substituyendo 'dice el Santo Evangelio' por 'dice la Escritura Santa'. Fue poco después de mi ordenación sacerdotal (9-VIII-59)»

(Carta de José Luis Gutiérrez a Pedro Rodríguez, Roma 5-IV-2000). En AGP, sec A, leg 55, carp 2, exp 4, se encuentra el original de la comunicación a España incluyendo esta modificación del texto; lleva fecha de 17-XII-1959. La primera edición española en la que se recoge la nueva expresión es la decimoctava, que se terminó de imprimir, dice el colofón, el 14-II-1960. En la tercera edición USA (Scepter, Chicago, 1960) se lee ya «the holy Scripture».