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Capítulo
Punto 314
Más de vida interior · Punto 314

 Te escribí, y te decía: «me apoyo en ti: ¡tu verás qué hacemos...!» —¡Qué íbamos a hacer, sino apoyarnos
en el Otro!

Comentario

Isabel Guerra, Retrato

San Josemaría se dirigía frecuentemente con esta expresión –«me apoyo en ti»– a un joven miembro del Opus Dei, Ricardo Fernández Vallespín, especialmente en el contexto de la reconstrucción de la Residencia de Ferraz, de la que Ricardo era Director al estallar la guerra (leer texto citado en el comentario al punto 311) y que había quedado destruida a causa del conflicto.

Escribía a Ricardo desde Ávila, en el mes de agosto de 1938:

«Gaudium cum pace! Cúmpleme las Normas. Me apoyo en ti: tú verás qué hacemos. Te quiere mucho, Mariano» [1].

Y le comentaba desde Burgos, en octubre de aquel mismo año:

«Dile a mi protector [el propio Ricardo] que me apoyo en él; pero que él se apoye de continuo en el Otro» [2].

Y el 2 de febrero de 1939, el día que terminó de escribir a máquina el manuscrito de Camino, le escribía:

«Por tu santo un abrazo fuerte, fuerte; la mejor de mis bendiciones; la petición a Dios de todas las gracias que necesitas, para tu labor... y la esperanza de que tu Padre se podrá siempre apoyar en ti, y los dos en El» [3].



[1] Carta de San Josemaría Escrivá a Ricardo Fernández Vallespín, Ávila 13-VIII-1938; EF 380813-2.

[2] Carta de San Josemaría Escrivá a Ricardo Fernández Vallespín, Burgos 13-X-1938; EF 381013-1.

[3] Carta de San Josemaría Escrivá a Ricardo Fernández Vallespín, Burgos II-1939; EF 390200-2. Carta de San Josemaría Escrivá a Miguel Sotomayor, Burgos 25-VII-1938; EF 380725-1:

«Mucho te encomiendo. Me apoyo en ti: Mira que nos caeremos los dos... y no tienes derecho a tirarme».

Miguel Sotomayor Muro (1914-1962), natural de Algeciras (Cádiz). Ingeniero de Minas. Conoció a San Josemaría en la Residencia DYA y comenzó a dirigirse espiritualmente con él y a frecuentar los medios de formación que allí se impartían. Al empezar la guerra perdió el contacto con el Fundador del Opus Dei hasta el año 1938. Desde esa fecha hay intercambio abundante de correspondencia. San Josemaría fue a visitarle a Andalucía, donde estaba destinado en Alcolea de Córdoba. Miguel se presentó en alguna ocasión en Burgos. Acabada la guerra, el trato se redujo, aunque siempre mantuvo la admiración y el afecto hacia San Josemaría.