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Capítulo
Punto 354
Estudio · Punto 354

Aprovéchame
el tiempo.
—No te olvides de la higuera maldecida. Ya hacía algo: echar hojas. Como tú...
—No me digas que tienes excusas.
—No le valió a la higuera —narra el Evangelista— no ser tiempo de higos, cuando el Señor los fue a buscar en ella.
—Y estéril quedó
para siempre.

Comentario

En los apuntes tomados de la predicación de San Josemaría durante su estancia en la Legación de Honduras en Madrid se encuentra un texto que discurre en esta misma línea:

«¿Qué podía haber hecho y qué he hecho? Pienso en la maldición de Jesús a la higuera estéril: ¡y no era tiempo de que produjese fruto!» [1].

Quizá el apunte de esta meditación, al releerlo durante la fase final de la redacción de Camino, cuando residía en Burgos, le sugirió este punto.

«(Matth. XXI,18-21) esuriit... videns fici arborem unam secus viam, venit ad eam et nihil invenit in eam nisi folia tantum et ait illi: numquam ex te fructus nascatur in sempiternum. Et arefacta est continuo ficulnea... Discipuli mirati sunt, dicentes: quomodo continuo aruit?... Amen dico vobis, si habueritis fidem... no sólo a la higuera, sino monti huic..., tolle, et jacta te in mare, fiet» [2].

Este pasaje bíblico fue objeto frecuente de predicación por parte de San Josemaría [3].



[1] Predicación de San Josemaría en la Legación de Honduras en Madrid, «Deberes», 27-VI-1937, pg 135; XXII.

[2] Ejercicios Espirituales, Plática «Espíritu de fe», Vitoria 18-VIII-1938; guión nº 101.

[3] Consultar por ejemplo, en la homilía «El tesoro del tiempo», la sección que lleva precisamente este título «La higuera estéril» y en la homilía «Vida de fe» la sección «Vida ordinaria y contemplación» (Amigos de Dios, 50-52 y 201-203).