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Capítulo
Punto 884
Vida de infancia · Punto 884

 Estás lleno de miserias. —Cada día las ves más claras.
—Pero no te asusten. —Él sabe bien que no puedes dar más fruto.
Tus caídas involuntarias —caídas de niño— hacen
que tu Padre-Dios tenga más cuidado
y que tu Madre María no te suelte de su mano amorosa: aprovéchate, y, al cogerte el Señor
a diario del suelo, abrázale
con todas tus fuerzas
y pon tu cabeza miserable sobre su pecho abierto,
para que acaben de enloquecerte
los latidos de su Corazón amabilísimo.
 

Comentario

Virgen del Perpetuo Socorro. Detalle

Este punto procede del Cuaderno IV de Apuntes íntimos, nº 435, fechado por San Josemaría el 30-XI-1931 [1].

El estilo dialógico del texto de Camino es la reelaboración que hizo posteriormente San Josemaría de la reflexión y oración personal que hacía en sus Apuntes íntimos:

«Estoy lleno de miserias. Cada día las veo más claras. Pero no me asustan. El sabe bien que yo no puedo dar otro fruto. Mis caídas, como las de los niños, involuntarias –cada día, Señor, han de ser con tu ayuda más involuntarias, porque cada día quiero ser más niño– hacen que mi Padre-Dios tenga más cuidado de mí y que mi Madre María no me suelte de su mano amorosa: yo quiero aprovecharme, Jesús, y, al cogerme Tú a diario del suelo, te abrazaré con todas mis fuerzas y pondré mi cabeza miserable sobre tu pecho, para que me acaben de enloquecer los latidos de tu dulce Corazón».

«Estoy lleno de miserias... mi cabeza miserable».

Leer en este sentido el comentario al punto anterior, nº 883.



[1] San Josemaría había escrito con anterioridad también el punto 853 de Camino.